Récord de nuevos casos diarios, camas críticas ocupadas al 95 %, aumento de la circulación de las cepas brasileña y británicas y la capital en un confinamiento domiciliario total. La segunda ola no da tregua en Chile y pone al país al borde del colapso hospitalario, pese a su exitoso proceso de vacunación que lo coloca en el top tres mundial en cuanto a vacunas contra la COVID administradas por cada 100 habitantes.
Las autoridades sanitarias anunciaron este jueves que los 14 barrios de Santiago que hasta ahora tenían libertad de movimiento entre semana entrarán en cuarentena total este sábado, con lo que los 7 millones de capitalinos estarán encerrados de manera indefinida, con todos los comercios cerrados, menos los de primera necesidad.
Este fin de semana los ciudadanos ni siquiera podrán salir de sus casas para comprar, y sólo se permitirán salidas para ir a urgencias o funerales. No obstante, sí se podrá salir a hacer ejercicio a la calle, de forma individual, de 6 a 9 de la mañana, y los adultos mayores tendrán permitido salir a pasear una vez al día.
A Santiago, se suman otras zonas del norte y sur del país, por lo que cerca de 16 de los 19 millones de chilenos (el 80 % de la población) estará en cuarentena.
«Último esfuerzo»
«Estamos viviendo una situación preocupante y requerimos un último esfuerzo», reconoció en rueda de prensa el ministro de Salud, Enrique Paris.
Según un estudio de la Universidad de Chile, la Universidad Católica y la Universidad de Concepción -tres de las más prestigiosas del país-, los nuevos casos han aumentado un 69,8 % en las últimas cuatro semanas y la ocupación de camas de cuidados intensivos alcanza el 94,8 % a nivel general, con un 67,2 % de ocupación por pacientes covid-19.
En las últimas 24 horas se registraron 7.023 nuevos casos, el segundo récord más alto de toda la pandemia tras los 7.084 del pasado sábado, y 122 muertos, con lo que el balance total en un año asciende a 954.762 infectados y 22.524 decesos.
La tasa de positividad -el número de contagios de covid-19 detectados por cada 100 test PCR realizados- es actualmente del 9,6 %, lejos del 5 % que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener durante dos semanas seguidas para dar por controlada la pandemia.
Además de las cuarentenas, el Gobierno chileno anunció nuevas medidas para ingresar al país y tratar de frenar la expansión de las nuevas cepas: en los últimos días se han detectado al menos un centenar de casos de las variantes británica y brasileña, que son más contagiosas.
«No es momento para el turismo», indicó el portavoz gubernamental, Jaime Bellolio, tras descartar un nuevo cierre de fronteras como el de 2020 y anunciar que toda persona que ingrese a Chile desde el 31 de marzo deberá primero trasladarse a un hotel de tránsito durante 5 días y cumplir luego otros 5 días de cuarentena domiciliaria.
¿Cómo llegó Chile hasta aquí?
La segunda ola comenzó en diciembre con la llegada del verano austral y se agravó a finales de febrero, el mes por excelencia de las vacaciones, aunque lo cierto es que Chile nunca llegó controlar el primer brote, que vivió su momento más crítico entre junio y julio pasados, cuando la red hospitalaria estaba al límite y la tasa de positividad rondaba el 40 %.
Los expertos señalan que lo que está ocurriendo actualmente es similar a lo que pasó en Europa en septiembre tras el fin del verano, cuando se relajaron las medidas sanitarias para que los ciudadanos pudieron disfrutar de sus vacaciones y la industria turística cogiese algo de aire tras meses en números rojos.
«La pandemia a nivel mundial vuelve a crecer. A nivel nacional estamos en una crisis. Es necesario que las autoridades entreguen un mensaje coherente y consistente con la realidad», pidió María Paz Bertoglia, epidemióloga de la Universidad de Chile.
El agravamiento de la segunda ola ocurre al mismo tiempo que Chile lleva a cabo un exitoso proceso de vacunación, gracias al cual ha logrado inmunizar con al menos una dosis a más de 6 millones de habitantes (casi el 40 % de la población objetivo), una cifra que lo ha puesto a la cabeza de la inmunización en la región.
Según los últimos datos de la Universidad de Oxford, el país es el tercero del mundo que más porcentaje de población ha inoculado, por detrás de Israel y Emiratos Árabes Unidos, y el que más rápido vacuna, con 1,4 dosis diarias por cada 100 habitantes.
Sin embargo, el trepidante ritmo de vacunación podría haber jugado en contra de Chile y haber llevado a la población a un exceso de confianza, a lo que se suma el cansancio tras un año con restricciones.