Decenas de personas han salido a la calle este miércoles en Londres para protestar frente al Tribunal Superior de la capital británica a favor de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, poco antes del inicio de una vista judicial sobre su extradición a Estados Unidos.
El grupo, que se ha reunido en la zona, ha acudido con megáfonos y pancartas a primera hora de la mañana para solicitar la liberación del activista y programador. «Es muy importante estar aquí hoy, no solo es importante para los periodistas sino para todo el mundo a nivel global», ha dicho Sadia Kokni, una manifestante.
«Se trata de las atrocidades que ha expuesto, es un buscador de justicia y verdad que da la cara por todos», ha afirmado antes de matizar que están ahí «para asegurar que se hace justicia».
Sin embargo, fuentes cercanas al asunto han revelado a la agencia de noticias DPA que Assange no ha acudido al juzgado por razones médicas, si bien ha seguido la vista de forma telemática desde la prisión de Belmarsh, en la que se encuentra encarcelado. Las imágenes muestran a Assange parcialmente fuera de cámara, con una camisa blanca, corbata y una mascarilla negra.
Estados Unidos ha solicitado en repetidas ocasiones la extradición de Assange, de 50 años y acusado de conspirar para obtener y difundir información clasificada y de seguridad nacional a raíz de la filtración de miles de documentos relacionados con las guerras de Afganistán e Irak.
Este mismo miércoles, el director de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, ha hecho hincapié en la importancia de «dar un no rotundo ante la extradición» de Assange a Estados Unidos y ha advertido de que las afirmaciones de Washington sobre las condiciones de su detención «no valen para nada».
«Hoy resulta posible solo una decisión, un 'no' a la extradición», ha dicho Hrafnsson, según ha recogido la agencia de noticias Sputnik. «Ellos aseguran que podrán hacer que nuestra postura cambie», ha añadido antes de matizar que no confía en las autoridades del país norteamericano.
Assange se enfrenta ahora a otra batalla judicial para evitar su extradición a territorio estadounidense, donde se le imputan una decena de cargos. El Tribunal Superior de Londres se encuentra así analizando el recurso presentado por Estados Unidos contra la decisión de otro tribunal que rechazó su extradición por motivos de salud.
El fundador de WikiLeaks fue arrestado en abril de 2019 en la Embajada de Ecuador en Londres, donde permanecía refugiado desde 2012 para evitar ser extraditado inicialmente a Suecia, donde tenía pendiente una investigación por presuntos delitos sexuales. En Estados Unidos se enfrenta a 17 cargos de espionaje y un cargo adicional de pirateo.
El caso no tiene precedentes en Estados Unidos bajo la normativa original, la Ley de Espionaje de 1917. Muchos académicos consideran que la ley, que nunca se ha utilizado para enjuiciar a un periodista hasta ahora, plantea problemas constitucionales preocupantes porque infringe los derechos de la Primera Enmienda a recibir y publicar información.
Amnistía Internacional pide su liberación
En un comunicado, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha hecho un llamamiento a los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido a «retirar los cargos y poner en libertad a Assange».
Sus palabras han tenido lugar después de que se difundieran una serie de informaciones que revelan que los servicios de Inteligencia de Estados Unidos habrían considerado la posibilidad de secuestrar o matar al activista cuando residía en la Embajada de Ecuador en Londres.
«Las garantías del Gobierno estadounidense de que Julian Assange no ingresará en un centro penitenciario de máxima seguridad ni será sometido a medidas administrativas especiales abusivas quedaron desacreditadas al admitir que se reserva el derecho a revocarlas», ha matizado.
«Ahora, las informaciones de que la CIA consideró la posibilidad de secuestrar o matar a Assange han arrojado aún más dudas sobre la fiabilidad de las promesas estadounidenses y han puesto más al descubierto la motivación política que subyace a este caso», ha afirmado.
Para Callamard, resulta «grotesco» que casi veinte años después «ninguna persona responsable de los presuntos crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos durante las guerras de Afganistán e Irak haya rendido cuentas ni haya sido procesada, y sin embargo un editor que sacó a la luz dichos crímenes se enfrente a una posible cadena perpetua».
Está previsto que durante la vista se examinen los cinco motivos esgrimidos por Estados Unidos para pedir la extradición de Assange. «La implacable persecución de Julian Assange por el Gobierno estadounidense deja ver a las claras que este procesamiento es una medida punitiva», ha dicho Callamard.