La reunión entre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el líder de Rusia, Vladímir Putin, se llevó a cabo en el Kremlin con una llamativa puesta en escena. A muchos les sorprendió la imagen oficial difundida de ambos mandatarios sentados cada uno en el extremo opuesto de una mesa larguísima. Tan larga que debían alzar el tono para que el mensaje llegara con claridad a oídos de su interlocutor. Mucho se ha comentado sobre esta disposición. Ahora conocemos más detalles de la misma.
En las últimas horas fuentes del palacio presidencial del Elíseo han confirmado las razones por las cuales Macron y Putin aparecieron tan distantes el uno del otro. Dicen que no se trata de una escenificación de lo alejadas que están sus posiciones en la actual escalada de tensión internacional a raíz de la acumulación de miles de soldados rusos relativamente cerca de la frontera de Ucrania. Según fuentes oficiales el motivo de la llamativa distancia social fue que Macron no quiso someterse a una PCR rusa.
Esta prueba de detección del coronavirus era un requisito exigido por el Kremlin antes de la cumbre. Dado que el presidente francés denegó la realización de este control se impuso una gran distancia entre ambos para evitar eventuales contagios. Fuentes del Elíseo indicaron que «las condiciones protocolarias que hubieran permitido una reunión con los dos jefes de Estado con una distancia menor (...) no eran ni aceptables ni compatibles con los problemas de agenda» del líder francés.
Las imágenes de la enorme mesa en la que mantuvieron el encuentro llamaron la atención, e incluso generaron una considerable variedad de memes en las redes sociales. Sin embargo algunos recuerdan que esa distancia es exactamente la misma a la que Putin ha recibido a otros líderes mundiales en las últimas fechas. Las fuentes francesas se negaron a confirmar si, como indican algunos medios, la negativa de Macron responde a su deseo de que Rusia no tuviera su ADN.
Esos medios apuntan a que el presidente francés se sometió a una PCR antes de partir en Rusia y a una prueba de antígenos una vez en ese país, aunque en ambos casos efectuadas por sanitarios franceses. Por otra parte los expertos recuerdan que el ADN de una persona contiene información valiosa relativa a patologías sufridas en el pasado e incluso posibles dolencias que puedan desencadenarse en el futuro, por lo que se trata de información altamente sensible, y más en el caso de tratarse de la información genética de un jefe de Estado como Macron.