La guerra en Ucrania está dejando imágenes insólitas más allá de las fronteras ucranianas, que nunca pudieron llegar a imaginarse. Este es el caso de las colas que se produjeron este pasado miércoles en Rusia para comerse las últimas hamburguesas en un McDonalds, ya que la empresa de comida rápida ha decidido cerrar temporalmente sus 850 establecimientos en Rusia. Sin embargo, la multinacional estadounidense seguirá pagando el sueldo a sus 62.000 empleados en el citado país.
McDonalds llegó a Rusia en enero de 1990, es decir, antes de la caída de la URSS y fue todo un símbolo de la entrada de Rusia en el capitalismo. Muchos fueron los rusos que quisieron tomarse la última hamburguesa en un McDonalds ante la incertidumbre y el desconcierto que les genera la situación que están viviendo. Aunque pueda parecer un gesto muy básico en medio de un clima bélico, los ciudadanos debieron querer disfrutar de algo muy cotidiano hasta hace dos semanas, pero que ahora deja de estar al alcance de sus manos.
La decisión de McDonalds de abandonar el país presidido por Vladimir Putin está motivada por la invasión de Ucrania. En este punto, cabe precisar que en los últimos días varias entidades han presionado a la cadena de comida rápida para que suspendan sus operaciones en Rusia. De hecho, numerosas empresas de todos los ámbitos ya se han marchado del gigante eurásico, entre las que destacan Apple, Netflix y Spotify, Adidas, Nike, Puma, Mango, Inditex H&M, Ford, BMW, etc. Además, Visa y Mastercard han dejado de operar. Los medios de comunicación occidentales también han dejado de informar desde el citado país.
Sin lugar a dudas, todas estas decisiones han cambiado la vida de las personas que residen en Rusia, que han visto como de un día para otro han tenido que renunciar a acciones tan cotidianas como comerse una hamburguesa en un McDonalds.