La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció este pasado viernes una nueva ronda de sanciones contra Rusia por la invasión militar de Ucrania, con la que busca aislar aún más comercialmente a Moscú. La tanda entrará en vigor este sábado e incluirá restricciones al comercio con Rusia, como retirar beneficios que tiene en el marco del Organización Mundial del Comercio (OMC), y buscará suspenderle como miembro de del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Además la UE estrechará el cerco contra las élites rusas y ampliará la lista negra contra oligarcas y personas que se benefician del Gobierno de Vladimir Putin, y cerrará los vacíos de anteriores marcos de sanciones, en especial en lo relativo al sector de las criptomonedas para garantizar que el círculo de Putin no escapa a las restricciones financieras. También se atacarán las exportaciones de lujo de la UE a Rusia, en otra medida diseñada para castigar a los oligarcas próximos al Kremlin.
Las sanciones se han adoptado en coordinación con Estados Unidos y los líderes de los países del G7 --Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido-- con la vista puesta en que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, «rinda cuentas» por su «asalto» a Ucrania y «aislar aún más» al país euroasiático del sistema financiero global. Von der Leyen avanza que la UE trabaja en «una gran prohibición» relativa a las inversiones europeas en el sector de la energía ruso, en un paso más para cortar los lazos de dependencia del continente del gas ruso. Según avanza, cubrirá las transferencias de tecnología, inversiones y servicios financieros para el sector de la producción y exploración de energía.
Por su parte, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, ha remarcado la «determinación» del grupo para poner freno a la financiación de la «maquinaria de guerra» rusa. «Estamos siendo testigos de una masiva agresión contra civiles, una catástrofe humanitaria y una serie de atrocidades que equivalen a crímenes de guerra», ha denunciado Borrell, quien ha cifrado en casi 80 los niños muertos durante el conflicto y en 2,5 millones las personas desplazadas que han llegado a algunos de los Estados de la Unión Europea.
«Putin está destruyendo Ucrania, pero también está dañando a sus propias tropas y a sus propios ciudadanos. Sus tropas están muriendo por centenares ya que esta invasión sin sentido ha quedado atrapada por la valentía y la determinación de los luchadores por la libertad ucranianos», ha dicho Borrell. «Putin está causando estragos en la economía de Rusia», ha dicho Borrell, quien ha celebrado las sanciones que la comunidad internacional ha ido introduciendo con el fin de detener «el comportamiento temerario, inhumano y agresivo de las tropas rusas», y ha advertido de que Europa seguirá imponiendo restricciones mientras continúe el ataque.
A su vez, el jefe de la diplomacia europea ha adelantado que está preparando una nueva retahíla de sanciones sobre otra serie de personas y empresas por su «activo papel» a favor del Kremlin y contra la soberanía de Ucrania. «Seguiremos persiguiendo a oligarcas, élites, sus familias y empresarios, que suponen una sustancial fuente de ingresos al régimen», ha advertido. «Para seguir apoyando al Ejército y al pueblo ucranianos también he propuesto a los líderes europeos, aquí en Versalles, que aumenten nuestra contribución financiera del Fondo Europeo para la Paz, con otros 500 millones de euros para responder a las necesidades de los defensores del pueblo ucraniano», ha anunciado.