Los bombardeos de las tropas rusas contra medio centenar de poblaciones en el Donbás han causado una veintena de muertos, en un contexto que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, califica de «infierno». Hasta 54 localidades en las regiones de Donetsk y Lugansk han sido duramente castigadas por la artillería rusa en las últimas 24 horas, con la muerte de veinte civiles, informó la gubernamental Agrupación de Fuerzas Unidas ucraniana. «Según la información operativa, unos veinte civiles murieron bajo el fuego enemigo y al menos cincuenta personas resultaron heridas», precisa la organización en un mensaje en Facebook que recoge la agencia Ukrinform.
Las operaciones de rescate y búsqueda se ven obstaculizadas por los ataques aéreos, los intensos ataques con misiles y bombardeos de artillería por parte de las tropas rusas, indica. La Agrupación de Fuerzas Unidas señala que «los criminales de guerra de Moscú siguen destruyendo la infraestructura del Donbás», con daños a un hospital, un albergue, un complejo deportivo y un centro comercial, entre otros edificios. El presidente ucraniano califica de «infierno» la situación en el Donbás, donde las tropas rusas intentan aumentar la presión, y afirmó que los ataques rusos no tienen ninguna explicación militar.
«Las fuerzas armadas de Ucrania siguen avanzando en la liberación de la región de Járkov. Pero en el Donbás los ocupantes intentan aumentar aún más la presión. Es un infierno, y no es una exageración», afirmó Zelenski. Se refirió al «bombardeo brutal y sinsentido» de Severodonetsk, donde «sólo en un día hubo doce muertos y decenas de heridos». Aludió asimismo a los ataques rusos en la región de Chernígov, en particular al «terrible» ataque en Desna, donde continúan las tareas de desescombro y donde hay muchos muertos, a los constantes ataques en la región de Odesa, en las ciudades del centro de Ucrania, y al Donbás «completamente destruido».
El Ministerio de Defensa de Rusia cifró este viernes en 1.908 los militares ucranianos que se rindieron en la acería de Azovstal, en Mariúpol, en el sur de Ucrania, en los últimos días. El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, dijo durante una reunión de la plana mayor del Ejército, transmitida por la televisión rusa, que prosigue el bloqueo de la acería por parte de sus fuerzas. Shoigú aseguró que de la planta metalúrgica Azovstal han salido también «177 civiles, entre ellos 85 mujeres y 47 niños». Dijo además a los mandos militares que pronto las fuerzas de Moscú tomarán bajo su control todo el territorio de la región de Lugansk. «Se acerca la liberación de la república popular de Lugansk», agregó e indicó que las milicias de las repúblicas autoproclamadas junto con las fuerzas rusas «continúan aumentando el control sobre territorios del Donbás».
Además, Rusia afirma que creará doce unidades militares en la frontera occidental antes de fin de año para responder a las amenazas de la OTAN y la futura incorporación de Finlandia y Suecia a la Alianza Atlántica, dijo también hoy Serguéi Shoigú. "Nuestros vecinos más cercanos, Finlandia y Suecia, han solicitado unirse a la OTAN. Por lo tanto, la tensión continúa creciendo en el área de responsabilidad del Distrito Militar Occidental, dijo Shoigú en la reunión con militares.
«Estamos tomando las contramedidas adecuadas. Bajo estas condiciones, estamos mejorando activamente la composición de combate de las tropas. Para fin de año, se formarán 12 unidades y subunidades militares en el Distrito Militar Occidental», afirmó. El titular de Defensa de Rusia indicó que además este año las tropas rusas recibirán más de 2.000 armas modernas y equipos militares. Según Shoigú, en general, la situación en el flanco estratégico occidental «se caracteriza por un aumento de las amenazas militares cerca de las fronteras rusas».