Los países de la UE han alcanzado este martes un acuerdo para reducir su consumo de gas en previsión de que Rusia corte totalmente el suministro a Europa. La presidencia checa de la UE ha confirmado el acuerdo tras una reunión de los ministros de Energía a la que llegaron para analizar una propuesta más flexible a la que la semana pasada hizo la Comisión Europea, que exigió un recorte homogéneo del 15% del consumo de gas todos los países y que rechazaron países como España. El acuerdo se ha alcanzado sobre otro plan supondrá una reducción "significativamente" menor en España, según ha afirmado a primera hora la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica. Teresa Ribera.
"¡No era misión imposible! Los ministros han alcanzado un acuerdo político sobre la reducción de demanda de gas de cara al próximo invierno", ha anunciado a través de Twitter la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, que desempeña la República Checa en este segundo semestre del año.
Saludaba así un acuerdo que la semana pasada parecía muy difícil de alcanzar, después de que en una primera propuesta la Comisión Europea planteara que todos los Estados miembros tenían que recortar un 15% su consumo de gas. En principio, sería de forma voluntaria pero si se cumplen los peores pronósticos y Moscú termina cortando totalmente el suministro de gas, Bruselas podría activar el estado de alerta y convertir esta reducción obligatoria.
En su propuesta, la Comisión garantizaba que los hogares no se verían afectados, debido a que tienen consideración de consumidores protegidos. No ocurría lo mismo con la industria europea y Bruselas se ofrecía a los Estados miembros a darles pautas sobre cómo ayudarlas a reducir su consumo.
Esta primera propuesta provocó un rechazo inmediato y tajante de España, al que luego se sumaron otros países como Portugal, Grecia, Malta o Irlanda. Estos dos últimos países son islas, con problemas de interconexión con el resto de la UE y en una situación similar a la de península ibérica, donde las exiguas interconexiones hacían que no tuviera sentido verse obligada a reducir un 15% su consumo de gas porque otros países no podrían beneficiarse de este excedente.
Este fue uno de los motivos en lo que, en una dura declaración, Ribera anunció la semana pasada que España rechazaba una propuesta que, a ojos del gobierno español, exigía un recorte igual para todos sin tener en cuenta que España tiene una menor dependencia del gas ruso, que ha diversificado en mayor medida sus fuentes de energía y proveedores ni lo que este mismo martes ha afirmado que es su "principal valor añadido", la existencia de seis puertos con regasificadoras -al que en unos meses se sumará otro más, en El Musel, Gijón-, con capacidad para importar gas natural licuado que después puede reconducirse a otros puntos de la UE.
"España es hoy el puerto de entrada más importante de la UE en gas natural licuado, reimporta el 20% del gas que importa, estamos dispuestos a fortalecer estas capacidades", ha indicado Ribera a su llegada a la reunión de ministros europeos, con un talante distinto tras un fin de semana en el que se han sucedido las consultas entre la Presidencia checa de la UE y los gobiernos para alumbrar una nueva propuesta que sí podía ser aceptada por España.
"Es un paquete extraordinariamente delicado, cuidado por parte de todos y, si bien no satisface plenamente a nadie, puede ser un punto de encuentro muy positivo sobre cómo seguir construyendo", ha dicho Ribera horas antes de alcanzarse el acuerdo.
De momento, se desconocen los detalles exactos de la propuesta definitiva, pero sí se sabe que no incluirá una reducción homogénea del 15% del consumo de gas. En lugar de ser igual para todos los países, tendrá en cuenta sus distintas circunstancias, la composición de su mix energético, el gas que tengan almacenado y sus niveles de interconexión.
Aunque no será del 15%, España también tendrá que recudir su consumo de gas, aunque "significativamente menos", ha dicho la vicepresidenta.