Estados Unidos mató el domingo al líder de Al Qaeda, sucesor de Bin Laden. Así dio parte de ello el presidente estadounidense, Joe Biden, en una conferencia televisada dirigida a la nación, desde el balcón de la Sala Azul de la Casa Blanca este lunes por la tarde. Biden dijo que con la muerte de Al Zawahiri «se ha hecho justicia» y que el mundo ya no debe temer a este «asesino despiadado». Lo cierto es que las fuerzas de inteligencia y servicios secretos americanos llevaban décadas tras él. Tras los atentados del 11S, en 2001, la Interpol ordenó su busca y captura y el FBI lo puso en la lista de los más buscados, con una recompensa de 25 millones de dólares por información que llevara a su arresto.
Asesinato
Al Zawahiri fue asesinado en la mañana del domingo en una residencia de Kabul, concretamente a las 6:18 hora local (1:48 GMT), cuando se encontraba en el balcón de la residencia en la que se alojaba y un dron le disparó dos misiles Hellfire. Según la Casa Blanca, durante la operación solo murió el líder terrorista, y no hubo ningún daño colateral, ni tan siquiera los miembros de su familia que con él se alojaban -su mujer, su hija y sus nietos-, algo en lo que el propio Biden había insistido en varias ocasiones y que había puesto como una de las condiciones para proceder con el ataque. Washington lo localizó en 2022, fruto de años de seguimiento, cuando al Zawahiri se trasladó a Kabul, capital de Afganistán, desde Pakistán. En mayo y junio se consolidaron los trabajos de reconocimiento y el 1 de julio se presentó el proyecto de operación a Joe Biden en la «sala de operaciones», el mismo lugar donde presumiblemente Barack Obama siguió el asesinato de Bin Laden en 2011, momento en que el propio Joe Biden era su vicepresidente. La autorización de Biden se otorgó unos días antes del ataque, el lunes 25 de julio, tras varias semanas de reuniones con su cúpula militar y de inteligencia.
Según indicó en una llamada con periodistas una alta funcionaria del Gobierno estadounidense, EE.UU. llegó a tener «un grado de confianza alto» de que Al Zawahiri vivía en esa casa de Kabul. El líder de Al Qaeda se trasladó a la capital afgana junto a su familia a principios de este año procedente de Pakistán y, de acuerdo con la Casa Blanca, el septuagenario todavía constituía una amenaza para los ciudadanos, intereses y seguridad nacional de Estados Unidos.