Los residentes del pueblo de Albergen, en el este de Países Bajos, están poniendo en común sus ahorros para comprar un hotel que el gobierno neerlandés quiere adquirir para alojar a hasta 300 solicitantes de asilo, con la intención de prevenir la llegada de refugiados al municipio, a pesar de la falta de alojamientos a nivel nacional. Los residentes han anunciado que intentarán comprar la propiedad ellos mismos para evitar la llegada de refugiados «debido a su masividad», señaló un portavoz a la televisión local RTV Oost, que aseguró que los residentes cuentan con suficiente dinero para la compra y que estudiarán la «legalidad» de esta adquisición.
En el pueblo viven unas 3.500 personas y el Gobierno quiere alojar a hasta 300 refugiados en este hotel, diseñado para 75 huéspedes, por lo que los vecinos exigen «mirar el impacto que tendrá eso en el lugar donde se pone a los solicitantes de asilo», en palabras de un manifestante. El martes, el secretario de Estado de Justicia, Eric van der Burg, pidió a la Agencia Central de Acogida de Solicitantes de Asilo (COA) que comprara este hotel para tratar de aliviar la problemática existente con los alojamientos para refugiados, puesto que muchos han estado durmiendo al raso o en tiendas de campañas estos meses.
Las autoridades locales de Albergen tampoco están de acuerdo con esta decisión porque se ha tomado sin su permiso. «El hotel está ubicado en un pueblo con unos 3.000 habitantes; entonces las relaciones están desequilibradas. No es que no queramos asumir nuestra responsabilidad, porque hemos brindado refugio de emergencia para los refugiados y recibimos gente de Ucrania», señaló la concejal responsable Ursula Bekhuis, que rechaza acoger «un gran centro de refugiados» en Albergen.
Es la primera vez que el gobierno neerlandés da un permiso de este tipo sin el visto bueno del municipio, ya que hasta ahora había dejado la decisión en manos de los ayuntamientos para que ofrecieran edificios donde alojar refugiados, pero en su mayoría se negaron a cooperar. COA ha asegurado hoy que el contrato de compraventa con el hotel ya se ha firmado y se hará efectivo el 1 de septiembre, aunque no está claro si la negativa masiva de los vecinos podría impedir al gobierno seguir con sus planes.
El pasado martes, unas 300 personas pasaron la noche a las puertas del centro de registro de solicitantes de asilo en Ter Apel, un pueblo en el norte de Países Bajos. Ese centro lleva meses hacinado, con refugiados durmiendo en el césped por falta de camas en el lugar. Y el pasado fin de semana, los voluntarios llevaron unas 200 tiendas de campañas al centro para que la gente pueda dormir, pero la policía las retiró al día siguiente por razones de seguridad ante la posibilidad de que pudiera producirse algún incendio dentro de las tiendas.