El rey Carlos III de Inglaterra se ha dirigido este lunes por primera vez a los miembros de la Cámara de los Comunes y de la Cámara de los Lores, en un simbólico discurso donde ha defendido la importancia del Parlamento, «instrumento vivo de la democracia» en Reino Unido. En presencia de diputados y lores y de su esposa, la reina consorte Camila, y en el emblemático salón de Westminster -donde esta semana se instalará la capilla ardiente en homenaje a la difunda reina, Isabel II-, el nuevo monarca ha agradecido las muestras de condolencias recibidas en los últimos días por el fallecimiento de su madre.
Carlos III ha reiterado el reconocimiento a la «dedicación» y el «servicio» de Isabel II durante sus 70 años de reinado y ha defendido el peso de las tradiciones, gracias a las cuales se establecen también «conexiones» con la historia pasada. El rey ha dicho sentir en Westminster «el peso de la historia» y ha prometido que intentará, con el «ejemplo» de su madre y la «ayuda» del Parlamento, reinar con la misma «dedicación» y «fidelidad» al país que Isabel II, cuyos restos aún reposan en Edimburgo a la espera de ser trasladados a Londres.
Tras este discurso, Carlos III ha emprendido camino hacia la capital de Escocia, donde participará en el cortejo fúnebre que acompañará el féretro de su madre desde el palacio de Hollyrood hasta la catedral de San Gil.