El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha anunciado este domingo que ha expulsado de su cargo ministerial al presidente de su Partido Conservador, Nadhim Zahawi, en medio de un escándalo por irregularidades fiscales durante su etapa como ministro de Finanzas. La investigación quedó en manos del nuevo asesor de Ética del partido, Sir Laurie Magnus, encargado de evaluar si este escándalo podría acabar comportando la expulsión de Zahawi de la posición de «ministro sin cartera» del Gobierno británico que ocupa como presidente del Partido Conservador. Una vez concluida la investigación interna, Magnus envió una misiva en la que constató que Zadhawi había incumplido los requisitos de ser un «líder honesto, abierto y ejemplar» y exhibido una conducta «por debajo de los altos estándares que el primer ministro espera, con razón, de quienes sirven en su gobierno».
Zahawi se vio obligado a pagar una multa para solventar una disputa por impago de impuestos relativo a la encuestadora YouGov, en cuya fundación participó en el año 2000 antes de dar el salto a la Cámara de los Comunes. Concretamente, Magnus denunció que Zahawi «omitió la naturaleza de la investigación fiscal y la sanción resultante en el momento de su nombramiento» hasta mediados de este mes, cuando estalló el escándalo. Tras conocer esta evaluación, Sunak ha escrito a Zadhawi para comunicarle su intención de destituirle «de su cargo en el Gobierno de Su Majestad» por cometer una «violación del Código Ministerial». El primer ministro ha agregado, en su carta, Zahawi debería estar «extremadamente orgulloso» de sus «amplios logros en el Gobierno durante los últimos cinco años», en particular, su «supervisión exitosa del programa de adquisición y despliegue de la vacuna contra la COVID-19».
Según la BBC, los problemas tributarios del exministro quedaron resueltos entre julio y septiembre de 2022 y el pago rondaría los cinco millones de libras (casi 5,7 millones de euros), si bien eran muchas las voces que pedían su renuncia dada la gravedad del caso, con el líder opositor laborista, Keir Starmer, a la cabeza de las peticiones. Starmer llegó a acusar de «debilidad» a Sunak al tardar tanto en abordar el caso. Además, la oposición reprochó a Zadhawi que negara en un primer momento que estuviera sujeto a una investigación fiscal en el momento en que su caso salió a la luz pública. El exministro tuvo que corregirse después al manifestar que consideró, erróneamente, que había sido objeto de un interrogatorio por parte de las agencias fiscales británicas, sin mayor trascendencia. Pero los argumentos dados desde Downing Street no se refieren tanto al malentendido en sí, sino a que tardara tanto en reconocerlo. «No se trata de una cuestión de informar de sus datos fiscales personales», apunta Magnus en este sentido, «sino de cumplir con la tarea general de comunicar una situación de tal forma que no de pie a falsas impresiones». «Considero, por lo tanto, que esta dilación a la hora de corregir una declaración pública falsa resulta inconsistente con el requisito de franqueza que se espera de él», añadió Magnus.