Rusia está perdiendo fuelle en la guerra. Mantiene sus frentes abiertos, sí, pero a la vez está viendo cómo Ucrania comienza a avanzar en lo que parece el inicio de una contraofensiva que ya ha anunciado el Gobierno de Volodimir Zelenski y que va a coincidir con el Día de la Victoria, que se celebra el próximo martes. En Moscú aumenta el nerviosismo porque, además, el grupo de mercenarios Wagner está amenazando con abandonar Bajmut, ahora punto clave para las tropas de Putin.
Por lo pronto, después de meses Kiev ha abierto dos avances distintos. El primero en Zaporiyia, donde Rusia está evacuando de forma urgente a la población, y el segundo en Donetsk, siendo otra vez el Donbás un lugar clave para el devenir de la guerra. Rusia, en cambio, apenas modifica su estatus en Bajmut. Desde hace seis meses insiste en conquistar la localidad, pero cada día que pasa el objetivo se le complica un poco más.
Así está ahora mismo el mapa del conflicto, según Descifrando la Guerra:
En ese escenario tan complejo, el Kremlin ha declinado este viernes pronunciarse sobre los planes del Grupo Wagner parar retirarse de la ciudad ucraniana de Bajmut, situada en el este del país, y sobre las críticas vertidas por el jefe del grupo, Yevgeni Prighozin, por la falta de municiones en el frente.
"Por supuesto, hemos visto el comunicado de Prighozin en los medios, pero no puedo hacer comentarios porque es algo que afecta a la operación militar especial", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, según ha informado el diario ruso Izvestia.
Prigozhin ha indicado a primera hora de este viernes que entregará el 10 de mayo al Ejército de Rusia sus posiciones en Bajmut y se trasladará a retaguardia para "lamerse las heridas", antes de explicar que el objetivo es evitar "muertes sin sentido". Poco antes, había aparecido en un vídeo denunciando la escasez de munición e insultando al ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor del Ejército, Valeri Gerasimov, por la situación en el frente en Ucrania.