El balance de muertos a causa de un ataque con artillería supuestamente ejecutado por el Ejército de Sudán contra posiciones de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en los alrededores de la capital, Jartum, ha ascendido a más de 30, según ha denunciado una organización de activistas.
La organización Emergency Lawyers ha señalado en un comunicado publicado en su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, que «un ataque indiscriminado con artillería por parte de las Fuerzas Armadas sudanesas» contra el área de Um Bada, cerca de Omdurmán, ha dejado 32 muertos, incidente que ha descrito como «un crimen y una tragedia horrible». «Hay también decenas de heridos graves y viviendas destruidas», ha manifestado, antes de incidir en que «el uso de artillería ligera y pesada en zonas habitadas por civiles es un crimen de guerra».
«Demuestra un desprecio por las vidas de los civiles», ha recalcado. Por ello, ha trasladado a los líderes del Ejército y las RSF que «estos crímenes y violaciones cometidas contra indefensos no quedarán sin respuesta y rendición de cuentas, ya que no hay forma de escapar a un castigo» por este tipo de acciones, en el marco de la guerra que estalló el 15 de abril.
Las RSF había cifrado en 31 el número de muertos y había indicado en un comunicado en X que «esta reciente atrocidad se suma a la creciente lista de delitos cometidos por la milicia de (el jefe del Ejército de Sudán y presidente del Consejo Soberano de Transición) Abdelfatá al Burhan y sus aliados de las brigadas del Partido del Congreso Nacional», en referencia al partido del expresidente Omar Hasán al Bashir.
El área de Um Bada ha sido escenario de un repunte de los combates durante las últimas dos semanas y ha presenciado intercambios de disparos de artillería y bombardeos por parte del Ejército y las RSF, situación que ha dejado decenas de víctimas civiles y ha provocado el desplazamiento de cientos de personas, tal y como ha recogido el portal de noticias Sudan Tribune.
En este contexto, las RSF han sido acusadas de expulsar a residentes de la zona para ocupar sus viviendas y convertirlas en instalaciones militares, acusación vertida durante los últimos meses contra esta fuerza paramilitar, ahora reconocida como un grupo rebelde, en el marco del conflicto en varias zonas del país africano.
Los combates estallaron el 15 de abril a causa de las diferencias en torno al proceso de integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre de 2022 para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento de Al Bashir en 2019, dañada por el golpe de Estado protagonizado por Al Burhan en octubre de 2021, en el que fue derrocado el primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok.