Rusia califica de robo la nacionalización por el Parlamento de Letonia del centro cultural ruso Casa de Moscú, situado en Riga, y amenazó con adoptar medidas de respuesta «duras y extremadamente dolorosas» para el país báltico. «Ya hemos calificado esas acciones como saqueo y robo de magnitud estatal», dijo en rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
La diplomática advirtió de que «las medidas (de respuesta) de la parte rusa serán duras y extremadamente dolorosas para Letonia». En un comunicado, el Parlamento letón argumentó su decisión de nacionalizar la Casa de Moscú con la necesidad de proteger el orden democrático y garantizar la seguridad nacional del país. Según la agencia de noticias letona LETA, el inmueble del centro cultural ruso será puesto a la venta y los ingresos obtenidos serán donados a Ucrania.
De acuerdo con la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento letón o Saeima, desde su establecimiento, la Casa de Moscú se ha usado como «punto de apoyo para varias medidas de influencia implementadas por la Federación Rusa y dirigidas en contra de los intereses de la República de Letonia». Por ello, Letonia tiene la obligación de protegerse, en vista de que la Casa de Moscú «es un instrumento de la política exterior rusa, con cuya ayuda disemina propaganda que justifica sus acciones agresivas e interpretaciones históricas pro-Kremlin», concluyó el comunicado del Legislativo.
Gira báltica
A su vez, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó este jueves que si la guerra de Rusia contra su país se transforma en un conflicto congelado esto permitirá a Moscú reclutar a una nueva generación de jóvenes rusos para que mueran como «carne de cañón» si los combates se reanudan. En una rueda de prensa en Letonia junto con su homólogo Edgars Rinkēvičs, Zelenski señaló que las guerras terminan, mientras que «los conflictos congelados no tienen final».
Una situación en la que se paraliza la guerra, sin llegar a resolverse, permitiría a Rusia alimentar a su población con narrativas y desinformación que justificasen reanudar de nuevo los combates más adelante. «Tenemos que evitar que Rusia vuelva a ser poderosa», aseveró Zelenski en Riga, la última etapa de una gira báltica que comenzó ayer en Lituania y le llevó esta mañana a Estonia. El presidente letón, por su parte, anunció un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, que incluye obuses, helicópteros, armas antitanque y de defensa aérea, así como municiones de 155 milímetros, entre otras.
Rinkēvičs no mencionó una suma de dinero para el paquete pero afirmó que hasta la fecha Letonia ha proporcionado a Ucrania el equivalente a 600 millones de euros o aproximadamente un 1 % del producto interior bruto (PIB) del país. Zelenski agradeció a Letonia la ayuda y saludó también la decisión del parlamento letón de nacionalizar el centro cultural ruso en Riga como un paso en la dirección correcta de incautar propiedades rusas a lo largo y ancho de la Unión Europea (UE). Tras reunirse con Rinkēvičs, el mandatario ucraniano se entrevistará también con la primera ministra letona y con la presidenta del Parlamento de ese país. Ya esta mañana en Tallín Zelenski había advertido del riesgo de cerrar en falso el conflicto, lo que beneficiaría al permitirle Moscú reabastecer sus agotados arsenales.