El intento de asesinato contra el expresidente estadounidense Donald Trump ha impregnado el ambiente de la Convención Nacional Republicana, que arrancó el lunes en Milwaukee y en la que circulan dos mensajes opuestos: es tiempo de calma y de relajar las tensiones políticas o es momento de luchar más fuerte que nunca. De un lado está el recuerdo de Trump ensangrentado tras ser herido en una oreja por un tiroteador que fue abatido, levantando el puño y diciendo «fight» (lucha) tres veces.
El momento fue inmortalizado en una fotografía para la historia y el lema se escucha estos días frecuentemente en el Fiserv Forum, en gritos de los asistentes. Y del otro los llamamientos a relajar las tensiones entre republicanos y demócratas que el propio presidente Joe Biden lanzó el domingo desde el despacho oval de la Casa Blanca: «Es el momento de bajar el tono de nuestra política. Todos tenemos la responsabilidad de hacerlo», apuntaba. Trump, quien fue confirmado el lunes oficialmente como el candidato republicano a la presidencia, aún no ha ofrecido ningún discurso desde que resultara herido, aunque sí apareció sorpresivamente en el foro para recibir la ovación y el cariño del público.
Mantuvo, en todo momento, un gesto compungido y emocionado, muy diferente de la cara agresiva y feroz que suele mostrar. Su discurso lo dará el jueves, cuando acepte la nominación, y su tono será clave para saber el rumbo que tomará el partido y el resto de la campaña hasta las elecciones del 5 de noviembre. Según contó el domingo al diario Washington Examiner, lo está reescribiendo. ¿Apostará por apagar fuegos o se lanzará al barro de los agravios y a abrazar teorías como la de un grupo de legisladores republicanos, quienes culpan a la retórica agresiva de Biden de lo sucedido? En el estadio Fiserv de esta ciudad del estado de Wisconsin, entre los delegados participantes en la Convención encargados de nominar a Trump, hay opiniones en las dos direcciones.
JB McCuskey, delegado por Virginia Occidental, apunta a EFE que tiene mucha confianza en que «el Partido Republicano liderará» el camino hacia la calma y que ese será el mensaje principal del encuentro. Y es que, añade, «una de las cosas que hace este país es unirnos después de una tragedia», como sucedió, por ejemplo, con los atentados del 11 de septiembre de 2001. «Este país mira eso y dice: ¿cómo podemos usarlo como una forma de crecer y, con suerte, crecer juntos? Y creo que eso es lo que sucederá esta semana». Una opinión similar tiene David Lara, delegado de Arizona de origen latino, quien afirma a EFE que hay que «luchar», pero «de una manera pasiva» y por supuesto sin violencia. «Lo único positivo que pasa con esto (con el ataque a Trump) es que ya causó que ambos lados le bajaran un poco al tono», agrega.
Trump se encontraba dando un mitin en Butler (Pensilvania) el sábado cuando fue alcanzado por una bala en la oreja derecha. Una persona murió, dos resultaron heridas y el agresor, que disparó desde fuera del recinto, fue abatido por la policía. El FBI confirmó que el autor del atentado, Thomas Crooks, de 20 años, actuó solo y disparó desde la azotea de un tejado y usando un fusil AR-15 que había sido comprado legalmente por su padre. Crooks, que fue abatido por agentes del Servicio Secreto solo segundos después de abrir fuego contra el exmandatario, estaba registrado como votante del Partido Republicano.
Para Amy Carnevale, delegada de Massachusetts, tras el «shock» de saber que Trump estuvo a punto de morir y conocer luego que había salido ileso «el estado de ánimo de los delegados realmente cambió de nuevo al espíritu de celebración», especialmente después de que Trump dijera que la convención iba a proceder según lo previsto. Ella también apuesta por el «diálogo político». «Hoy no siento ira, siento un mayor compromiso para asegurar que sea elegido presidente», añade. Pero no todo son mensajes de calma. Wayne 'Pappy' Holcomb, delegado de Tennessee, declara por ejemplo que «es tiempo de pelear».
«La gente está enfadada, está destinada a prenderle fuego a todo», asegura. El mismo espíritu revanchista pesa en Randy Fine, congresista y delegado por Florida. «Joe Biden puede tomar su unidad y metérsela por el culo», apunta a EFE tras acusar al presidente de ser responsable del ataque por haber llegado a compararlo con el dictador Hitler. «Atacan y pierden y luego dicen: alto el fuego. Ahora debemos señalar lo que hicieron, señalar que esta es una elección entre el bien y el mal», dice Fine, según el cual la gente «está enojada y lista para pelear».