En la primera vez que se dirige a ella directamente en casi cuatro años, Dominique Pelicot reconoció este miércoles que traicionó a su mujer, Gisèle, a quien drogó con somníferos durante casi una década para violarla y ofrecerla a más de 50 hombres para que también la violaran. «Desgraciadamente, mis últimos diez años han sido una catástrofe. La quise mal, no la respeté y la traicioné. Repito, nunca he tocado a nadie más de mi familia, ni a mis hijos, nietos», declaró.
Dominique, dirigiéndose a la que fue su mujer durante 50 años, agradeció a sus hijos por haber cuidado de Gisèle tras su detención en septiembre de 2020. «Agradezco a mis hijos que hayan cuidado de ti cuando me encarcelaron», dijo el septuagenario, ante la mirada indiferente de su exmujer, quien respondió a las justificaciones de su antiguo marido sobre el por qué de las violaciones. «Todos hemos tenido traumas en nuestra infancia, yo misma los he sufrido y no por eso me he convertido en una criminal. Después, tomamos nuestras propias decisiones», manifestó la mujer.
Los vídeos grabados por Dominique Pelicot sobre su propia mujer, a quien drogaba para violarla y ofrecerla a más de cincuenta hombres para que también la violaran, se retransmiten este miércoles por la tarde en la sala del juicio que se celebra en Aviñón (sur de Francia) contra el principal acusado y otros 50 hombres.
El presidente del Tribunal Penal de Vaucluse, Roger Arata, pidió el permiso a Gisèle Pelicot, que se lo concedió, lo que dará lugar a uno de los momentos más reveladores del proceso, al mostrar las prácticas de Dominique Pelicot y del resto de acusados. Gisèle Pelicot pidió que no se difundan las imágenes y vídeos en la sala de retransmisión donde el público sigue la audiencia desde que empezó, el pasado 2 de septiembre, así como que tampoco sus hijos estén presentes en el momento de la difusión del material gráfico.
«Me siento humillada desde que he entrado en esta sala, se me trata de alcohólica, hace falta tener mucha paciencia para escuchar lo que escucho», añadió la mujer. La septuagenaria aseveró que los vídeos podrán «atestiguar» que la violaban cuando estaba «en estado de coma», fruto de los fuertes somníferos que Dominique le administraba sin que ella lo supiese.
Gisèle, acompañada por su hija Caroline visiblemente conmovida, dijo que «a estas alturas ya no hay perdón posible» y que se sintió «completamente humillada». «¿La violación es una cuestión de tiempo? ¿De tres minutos, una hora? Yo estoy completamente consternada porque si esas personas (los acusados) ven a su hija, a su hermana en ese estado, ¿qué pensarían?», alegó.