El jefe del servicio de espionaje exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, dijo que los servicios de seguridad de Rusia y Bielorrusia estaban preparados para actuar de forma proactiva ante lo que calificó de escalada creciente por parte de Europa en relación con Ucrania, informó el martes la agencia de noticias estatal RIA. Esta citaba a Narishkin, que afirmaba que, en caso de un ataque contra Rusia o Bielorrusia, Rusia tomaría represalias contra la OTAN en su conjunto, pero que Polonia y los países bálticos sufrirían primero.
Por su parte el Kremlin ha acusado a la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, de incurrir en declaraciones «agresivas» por exhortar a los líderes políticos del bloque o de países candidatos a no acudir el 9 de mayo al desfile en la plaza Roja de Moscú por el Día de la Victoria.
Esta jornada, en la que se conmemora la victoria de las tropas soviéticas sobre las de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, está llamada a ser una reunión de aliados de la Rusia de Vladimir Putin. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha adelantado este martes ante los medios que prevén la asistencia de más de una veintena de líderes, según la agencia TASS. Kallas avisó la víspera de que la UE «no se tomará a la ligera» la participación en dichos actos, al término de una reunión de ministros de Exteriores el lunes en la que hizo extensible este llamamiento a países candidatos.
La jefa de la diplomacia europea recordó que «Rusia esté perpetrando una guerra a gran escala» en Europa. «Prestamos atención a estas declaraciones, muy agresivas. No creemos que estén bien», ha replicado Peskov este martes, mientras que el presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin, también ha condenado en Telegram las «amenazas» de Kallas, a la que ha llamado a dimitir por lo que considera una falta de respeto a quienes se «sacrificaron para salvar el mundo del fascismo». Entre los líderes que previsiblemente viajarán a Moscú está el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, y el presidente serbio, Aleksandar Vucic, pese a que en el caso de Serbia tiene desde hace más de una década la condición de país candidato al bloque.
Esta chica tiene una falta de conocimiento histórico muy profundo. Si no fuera por los ejércitos de la Unión Soviética y el resto de aliados en la II Guerra Mundial, hoy se hablaría alemán en las repúblicas bálticas y en el resto de Europa, ya lo dijo Caroline Levite en la Casa Blanca, cuando ese diputado francés de bajo relieve solicitó a Trump en el Parlamento Europeo que les devolvieran la estatua de la libertad. Kaja Kallas debería hacer un paréntesis y como buena representante de la diplomacia europea debería acudir a la Plaza Roja el 9 de Mayo a conmemorar el día de la Victoria sobre las tropas nazis tal como lo hacían sus padres cada año y que fueron muy activos durante la época soviética.