Un grupo de 49 afrikáners, sudafricanos blancos descendientes de colonos neerlandeses, llegó este lunes a Estados Unidos como beneficiarios de un polémico programa de refugiados impulsado por el presidente Donald Trump. La iniciativa considera que los afrikáners sufren discriminación racial en Sudáfrica, en un contexto de tensión diplomática entre ambos países.
La llegada de estos solicitantes de asilo un tanto especiales ha puesto en el foco la crisis diplomática que atraviesan Washington y Pretoria, desatada el pasado febrero cuando Trump ordenó suspender la ayuda económica a la nación africana. Cabe recordar que los sudafricanos son parte indispensable del bloque emergente BRICS, donde confluyen en la esfera internacional con China y Rusia.
El desencadenante fue una ley de expropiación de tierras promulgada por el Ejecutivo sudafricano en enero, que facilita la expropiación por interés público. Trump denunció presuntas expropiaciones y violaciones de derechos humanos contra la minoría blanca, creando un programa de asilo para afrikáners que aleguen «discriminación racial injusta». No hay que olvidar que esta minoría fue históricamente beneficiada por el régimen de apartheid en detrimento de otras comunidades, especialmente la negra o la india. Se desmanteló de forma negociada alrededor del año 1993, y para ello el resultado de las elecciones del año siguiente fue decisivo bajo la figura de un líder carismático, el recordado Nelson Mandela.
Volviendo al siglo XXI, la medida de la administración Trump ha sido vitoreada por grupos como AfriForum, considerado de extrema derecha, aunque otras voces afrikáner rechazan el bloqueo de ayuda y la oferta de refugio. Según datos de marzo, 67.042 afrikáners expresaron interés en el programa, en su mayoría personas de entre 25 y 45 años. En Sudáfrica residen unos 4,5 millones de blancos, que constituyen el 7,2 % de la población total.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, negó que los afrikáners cumplan los requisitos de refugiados o que estén siendo perseguidos. El ministro de Exteriores, Ronald Lamola, afirmó que no hay datos que prueben persecución contra los sudafricanos blancos o afrikáners agricultores. Sin embargo, AfriForum acusó al Gobierno del Congreso Nacional Africano (CNA) de aplicar «legislación racial discriminatoria y normativa racial draconiana».
Polémica expropiación de tierras
La expropiación de tierras es un tema sensible en Sudáfrica, vista como herramienta para remediar la desigualdad racial del apartheid (1948-1994). Según datos oficiales de 2017, más del 72 % de las tierras de cultivo privadas pertenecen a población blanca. La oposición, liderada por la Alianza Democrática (DA) que representa a la minoría blanca, impugnó la ley de expropiación ante la justicia, considerándola una «grave amenaza» para los derechos de propiedad y la estabilidad económica.
A su vez el portavoz de Exteriores sudafricano, Chrispin Phiri, advirtió que los afrikáners emigrados como refugiados no podrán volver fácilmente a Sudáfrica ni recibir asistencia consular, algo contrario al derecho internacional sobre refugiados. «No puedes querer tenerlo todo», manifestó Phiri, señalando que no podrán regresar por simple añoranza hacia sus familiares, amigos o el clima benévolo.
Tengo un conocido sudafricano (de origen español), lo que me cuenta de lo que pasa por ahí son barbaridades. Juzgar desde lejos y sin saber es muy fácil. Sudafrica es un país más peligroso y con una deriva política que desde luego no mejora la vida de sus habitantes.