Como a Brad Pitt y George Clooney en Ocean's eleven y las subsiguientes producciones de la conocida saga cinematográfica, a Donald Trump no se le agotan los trucos. La legislatura acaba de empezar y el presidente de los Estados Unidos cuenta con recursos efectistas y sorprendentes para rato. La última gran escenificación en el Despacho Oval de la Casa Blanca ha recordado a la reprimenda pública que Trump propinó hace unas semanas al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. En esta ocasión el objetivo de Trump fue el líder sudafricano, de visita oficial en Washington.
En concreto el presidente Trump protagonizó un polémico encuentro este miércoles con su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, en la Casa Blanca. Durante la reunión, Trump hizo bajar las luces y proyectó un vídeo denunciando un supuesto «genocidio» contra la minoría blanca afrikáner en Sudáfrica, acusación que Ramaphosa rechazó categóricamente.
La reunión en el Despacho Oval fue de hecho la más conflictiva desde la visita en febrero del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Trump abrió el encuentro calificando a Ramaphosa como alguien «muy respetado en muchos círculos, aunque polémico para algunos». La tensión estalló cuando la prensa preguntó por la reciente llegada de refugiados afrikáners a Estados Unidos.
Trump insistió en su teoría de persecución racial y exigió explicaciones a Ramaphosa. El presidente sudafricano respondió con firmeza, negando la existencia de un «genocidio afrikáner» e instando a Trump a escuchar al pueblo sudafricano para desmontar esa narrativa. Pese al tenso intercambio, Ramaphosa calificó su visita como un «éxito», destacando el relanzamiento de las relaciones bilaterales y los avances en temas clave como inversión y comercio.
Las acusaciones de Trump se enmarcan en una controvertida política migratoria. Aunque su administración ha recortado drásticamente los programas de acogida, recientemente otorgó estatus de refugiados a varias familias afrikáners, algo que no ha dejado indiferente a nadie, e incluso ha generado protestas en clave interna. Expertos y analistas señalan a menudo que el espectáculo mediático es una constante en la personalidad de Trump; muchos también agregan tintes psicopáticos a su personalidad, y se fundamentan en su particular visión del asalto al Capitolio o las polémicas declaraciones sobre inmigrantes que comen gatos y perros en los antaño seguros barrios estadounidenses.
El encuentro con Ramaphosa evidencia la tendencia de Trump a generar controversia y tensión como fórmula del éxito en sus relaciones diplomáticas. Sus acusaciones sobre un «genocidio» contra la minoría blanca en Sudáfrica, ampliamente desmentidas y en muchas ocasiones basadas en medias verdades o francas falsedades, reflejan una estrategia de confrontación y polarización que por el momento caracteriza su mandato.
Pese al tenso intercambio en la Casa Blanca, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa se mostró optimista sobre el futuro de las relaciones entre ambos países. En una rueda de prensa posterior y en solitario, destacó los avances logrados en temas concretos como inversión y comercio, y subrayó la importancia de «reiniciar» los vínculos bilaterales a partir de un diálogo constructivo basado en hechos y respeto mutuo.
SisunUsted ha estado allí o conoce a alguien de Sud africana? Porqué yo si, tengo un amigo blanco que vive allí y se parte con esta chorrada del genocidio. De hecho sigue vivo y coleando, a pesar de los bulos que os tragáis acríticamente.