La situación en los estados de Kordofán, Sudán, ha alcanzado niveles críticos tras meses de intensos enfrentamientos que comenzaron a principios de este 2025 según informes internacionales. El conflicto ha dejado un balance devastador de cientos de fallecidos y un sistema sanitario completamente colapsado, mientras la población civil huye masivamente buscando seguridad.
Desde España, las organizaciones humanitarias han mostrado su preocupación por la escalada del conflicto, que ha provocado que hasta el 90 % de los habitantes hayan abandonado sus hogares en las zonas más afectadas. Los expertos españoles en ayuda internacional advierten que la situación podría empeorar con la temporada de lluvias aproximándose y un brote de cólera que ya ha registrado más de 7.800 casos.
Las restricciones a la movilidad y los continuos cambios en las líneas del frente han dejado a numerosas comunidades aisladas durante meses, sin acceso a servicios básicos ni asistencia humanitaria. Los suministros esenciales escasean, y las rutas de abastecimiento han quedado gravemente comprometidas por la intensidad de los enfrentamientos.
Impacto en la población civil y sistema sanitario
El sistema sanitario sudanés, ya debilitado antes del conflicto, se encuentra al borde del colapso total. Los ataques deliberados contra infraestructuras médicas han destruido hospitales y centros de salud, mientras que la mayoría del personal sanitario ha huido temiendo por su seguridad. Este escenario deja a los heridos y enfermos en una situación particularmente vulnerable.
Daniel O'Malley, jefe de delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Sudán, ha declarado que «los enfrentamientos en los estados de Kordofán vienen intensificándose desde comienzos de 2025, situación que ha dejado como saldo cientos de muertos y que exacerba la crisis humanitaria en el país».
Especialmente preocupante resulta la presencia de restos explosivos de guerra que representan un grave peligro para la población civil, sobre todo para quienes intentan huir de las zonas afectadas o regresar a sus hogares. Esta amenaza invisible complica enormemente los desplazamientos y aumenta el número de víctimas civiles.
Desplazamiento masivo y crisis alimentaria
Kordofán del Norte, Kordofán del Sur y Kordofán Occidental son las regiones más afectadas por los desplazamientos masivos. Muchas familias se han visto obligadas a huir repetidamente debido a los cambios constantes en las líneas del frente, buscando refugio en zonas que posteriormente también se ven afectadas por los combates.
La escasez de alimentos se ha convertido en otro de los grandes problemas humanitarios. Las restricciones a la circulación de bienes han profundizado la escasez, obligando a más personas a abandonar sus hogares simplemente para sobrevivir. Según analistas consultados, la combinación de conflicto armado y crisis alimentaria podría provocar una catástrofe humanitaria sin precedentes en la región.
Los informes de las agencias internacionales señalan que muchas comunidades llevan meses sin recibir asistencia básica, con un acceso extremadamente limitado a alimentos, agua potable y medicamentos. Las organizaciones humanitarias encuentran enormes dificultades para acceder a las zonas más afectadas debido a la inseguridad y las restricciones impuestas. Por si ello fuera poco el brote de cólera, con más de 7.800 casos registrados hasta julio de 2025, representa una amenaza adicional para una población ya vulnerable. La enfermedad, que se propaga rápidamente en condiciones de hacinamiento y falta de agua potable, encuentra un terreno fértil en los campamentos improvisados donde se refugian los desplazados.
La proximidad de la estación lluviosa agrava aún más el panorama, ya que las lluvias intensas podrían dificultar el acceso humanitario y facilitar la propagación de enfermedades transmitidas por el agua. Los expertos sanitarios españoles advierten que la combinación de desplazamiento, cólera y lluvias podría multiplicar exponencialmente el número de víctimas.
La capacidad para atender estos casos es extremadamente limitada debido al colapso del sistema sanitario y la falta de personal médico cualificado en las zonas afectadas. Muchos hospitales han sido destruidos o abandonados, y los pocos que siguen funcionando carecen de medicamentos y suministros básicos.
El CICR ha recordado a todas las partes implicadas en el conflicto su obligación de respetar el derecho internacional humanitario, que prohíbe explícitamente los ataques contra la población civil y las infraestructuras esenciales como hospitales y mercados. Proteger a los civiles y garantizar su acceso a alimentos y asistencia médica no es solo un imperativo moral sino una obligación legal. Desde España, varias ONG han lanzado campañas de recaudación de fondos para asistir a las víctimas del conflicto en Sudán.