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Finanzas

Nada frena la ascensión del oro, que alcanza nuevos máximos históricos

Trump aseguró que Washington está considerando cortar algunos lazos comerciales con China

Una sala segura dentro de la bóveda de oro del Banco de Italia llena de lingotes apilados a lo largo del pasillo y en jaulas metálicas de seguridad | Foto: Reuters

| Washington |

El oro ha alcanzado un nuevo hito histórico este miércoles 15 de octubre de 2025, rozando los 4.200 dólares la onza. Este ascenso imparable se produce en un contexto de crecientes expectativas de recortes de tipos de interés en Estados Unidos, lo que tradicionalmente beneficia al metal precioso. Además, las renovadas preocupaciones comerciales entre Washington y Pekín han impulsado la demanda de este activo considerado un refugio seguro, consolidando su posición como valor de inversión en tiempos de incertidumbre global.

En concreto, el oro al contado experimentó una subida del 0,9 %, situándose en los 4.178,15 dólares por onza a las 04:48 GMT, tras haber tocado un máximo histórico de 4.186,68 dólares a primera hora de la sesión. Los futuros del oro estadounidense para entrega en diciembre de este 2025 también reflejaron esta tendencia alcista, con un incremento del 0,8 % hasta los 4.197,50 dólares.

Esta escalada se vio acentuada por las declaraciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien, según se informó, estaba considerando cortar algunos lazos comerciales con China, lo que añadió una capa de incertidumbre geopolítica al panorama económico global. Matt Simpson, analista de StoneX, comentó que «el cierre de la Administración de Estados Unidos y los comentarios expansionistas de Jerome Powell han dado las últimas razones para que los precios del oro se aceleren al alza», subrayando la sensibilidad del mercado a los eventos políticos y monetarios.

El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha mantenido una postura cautelosa respecto a la fortaleza del mercado laboral estadounidense, a pesar de reconocer que la economía «puede estar en una algo más firme de lo esperado». Powell ha reiterado que las decisiones sobre los tipos de interés se tomarán «reunión a reunión», buscando un equilibrio entre la debilidad del mercado laboral y una inflación persistente por encima del objetivo.

En este escenario, los inversores ya daban por casi segura la posibilidad de que la Fed hubiera recortado los tipos en 25 puntos básicos tanto en octubre como en diciembre. Históricamente, los lingotes de oro suelen funcionar excepcionalmente bien en un entorno de tipos de interés bajos, ya que disminuye el coste de oportunidad de mantener un activo que no genera rendimientos. Esta correlación se ha demostrado una vez más como un factor clave en la actual revalorización del metal precioso.

El oro, considerado por excelencia un activo refugio seguro, ha experimentado un crecimiento notable del 59 % en lo que va de 2025. Este impresionante rendimiento se atribuye a una confluencia de múltiples factores que han generado un clima de incertidumbre en los mercados globales. Las dudas geopolíticas, que abarcan desde conflictos regionales hasta tensiones comerciales, y las económicas, como la inflación o el riesgo de recesión, empujan a los inversores hacia la seguridad del metal. Las expectativas de recortes de tipos en Estados Unidos, como ya se ha detallado, son otro motor crucial. A ello se suma la creciente demanda por parte de los bancos centrales de todo el mundo, que están aumentando sus reservas de oro como parte de una estrategia de diversificación y desdolarización, buscando reducir su dependencia del dólar estadounidense. Finalmente, la elevada entrada de fondos cotizados (ETF) en el mercado del oro ha proporcionado una liquidez adicional y ha amplificado la demanda, haciendo que el metal sea más accesible y atractivo para un espectro más amplio de inversores.

La dinámica del mercado y el efecto 'momentum'

Más allá de los fundamentos macroeconómicos y geopolíticos, la actual escalada del precio del oro también se explica por una dinámica de mercado conocida como momentum o impulso. El analista de StoneX, Matt Simpson, lo describió con precisión: «esto también se ha convertido en una operación de impulso, donde los operadores se amontonan simplemente para perseguir a los precios que se alejan de ellos». Este fenómeno se produce cuando los inversores, al observar una tendencia alcista sostenida, se suman a ella con la esperanza de obtener ganancias rápidas, amplificando la subida de precios. Es una especie de profecía autocumplida que, si bien puede generar ganancias significativas, también conlleva riesgos de volatilidad. Sin embargo, en el caso del oro, este impulso refleja una confianza subyacente en su valor y en su capacidad para proteger el capital en tiempos turbulentos.

Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó su pronóstico de crecimiento mundial para este 2025, destacando condiciones arancelarias y financieras mejores de lo esperado, también emitió una clara advertencia: las renovadas tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podrían frenar significativamente dicho crecimiento. Esta dualidad en el pronóstico del FMI subraya la fragilidad de la recuperación económica global y el papel del oro como un seguro ante tales riesgos. El oro, un metal precioso de color amarillo brillante, ha sido valorado por la humanidad desde la antigüedad por su belleza, maleabilidad, resistencia a la corrosión y rareza.

A lo largo de la historia, ha servido como moneda, joya, símbolo de estatus y reserva de valor. Su papel como activo refugio se ha consolidado a lo largo de los siglos, especialmente en periodos de crisis económicas o políticas. A diferencia de las monedas fiduciarias, cuyo valor puede fluctuar drásticamente debido a decisiones gubernamentales o políticas monetarias, el oro posee un valor intrínseco reconocido globalmente. Su oferta es limitada y su demanda es constante, lo que lo convierte en una cobertura eficaz contra la inflación y la devaluación de la moneda. En el contexto actual de incertidumbre, su atractivo como inversión segura y estable se ha visto reforzado, atrayendo a inversores de todo el espectro, desde pequeños ahorradores hasta grandes instituciones y bancos centrales.

Finalmente, la fuerte tendencia alcista del oro ha generado un efecto arrastre en el mercado de otros metales preciosos, que también han registrado movimientos significativos. La plata, por ejemplo, experimentó una subida del 1,4 %, alcanzando los 52,17 dólares, tras haber tocado un máximo histórico de 53,60 dólares el martes 14 de octubre de 2025. Este incremento se atribuye, en parte, a la escasez de oferta en el mercado al contado, lo que ha impulsado su valor. Por su parte, el platino mostró una subida del 0,7 %, situándose en los 1.648,80 dólares, mientras que el paladio también registró un ligero ascenso del 0,2 %, alcanzando los 1.528,68 dólares. Estos movimientos confirman una tendencia generalizada de revalorización en el sector de los metales preciosos, impulsada por los mismos factores que benefician al oro, como la búsqueda de seguridad y la diversificación de carteras de inversión en un entorno de incertidumbre global.

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