El Mercedes Clase C es probablemente el vehículo más importante de la marca germana al ser su modelo más vendido en toda su historia.
Este automóvil se puso a la venta por primera vez en 1982, año en el que salió el 190. Es decir, que los 36 años de historia de esta berlina del segmento han dado para muchas ventas y para muchas variantes: Coupé, berlina, descapotable o familiar.
Para los que quieren una berlina cómoda, segura, elegante, exclusiva y a un precio más o menos alcanzable, esta clase C de Mercedes puede ser una gran opción.
Esta nueva versión de finales de 2018 ha traído consigo cambios importantes, algunos de los cuales eran previsibles, y la sitúan en el punto más alto de las berlinas de lujo comparándola con las de sus competidores.
De la parte exterior del vehículo primero queremos resaltar el particular color de la unidad que hemos probado. Si bien aparentemente se trata de un vehículo negro metalizado, al acercarte y según como le dé el sol o la luz, ves claramente que el color es el verde oscuro (muy oscuro) metalizado.
Esta unidad también tenía algunos elementos AMG, es decir, de los acabados más deportivos de la marca. Esto se nota mucho en las llantas, que son multi-radio, además de contar con un perfil muy bajo.
De la estética también hay que destacar la parte delantera, de lo más imponente gracias a unos faros de diseño y dimensiones ideales para conferir al vehículo un estilo único, que lo emparenta claramente con los otros modelos de la firma alemana. De los faros, que incorporan iluminación full led, también hay que resaltar la gran luminosidad que despiden de noche, lo cual se agradece.
La parte posterior adopta unos faros de dimensiones reducidas, que encajan perfectamente en el conjunto, sin aristas mi nada que desencaje.
La versión que hemos probado es la C 200 9G-Tronic. Monta un propulsor de sólo 1.5 litros de cilindrada, con 184 CV de potencia, que va acompañado de un pequeño motor eléctrico, que aumenta su potencia hasta los 200 CV, además de ayudar a que la eficiencia energética se vea beneficiada, un hecho que es necesario e importante.
Las prestaciones de este propulsor son de lo más deportivas, con una velocidad máxima de 239 Km/h y acelera de 0 a 100 Km/h en 7,7 segundos.
El hecho de tener cambio automático de 9 velocidades con levas en el volante es un plus muy interesante que ayuda a poder cambiar de velocidad cuando lo requiere el vehículo según el tipo de conducción que se quiera llevar en cada momento. Esta última viene marcada mucho por el modo de conducción, con cuatro modalidades que van des de la ECO hasta la Sport+. Es como tener dos o tres vehículos en uno solo.
Esto se traduce en poder conseguir una media, según la marca, de 6 litros a los 100 Km, que nosotros hemos elevado sólo hasta los 7, una cifra que tampoco está nada mal.
El comportamiento en carretera es de lo más bueno, gracias a la incorporación de unas suspensiones de lo más equilibradas en cualquier modo de conducción. En las curvas, se mantiene firme sin problemas.
El interior, como no podía ser de otra manera, es de gran calidad, se mire por donde se mire. Los materiales nobles dominan y resaltan el vehículo ofreciendo una sensación de lujo y confort incontestable.
Del interior también cabe destacar la habitabilidad, ya que si bien la parte posterior podrá tener un mayor espacio para las piernas de los ocupantes, es suficiente para poder hacer muchos Kilómetros sin problema.
El espacio del maletero también es amplio y la ‘boca' de entrada también es más que suficiente para poder introducir paquetes de gran formato.
En cuanto a la tecnología, el nuevo Mercedes ya cuenta con un marcador totalmente digital, una tendencia general que Mercedes ya inició en el Clase E y que ha continuado en otros vehículos de la marca como el nuevo Clase A.