El coche es un elemento básico en cualquier ciudad. Diariamente lo utilizamos para poder ir al trabajo, llevar a nuestros hijos al colegio, viajar o, simplemente, desplazarnos con él por la ciudad. El coche es sinónimo de independencia, pero también hay que destacar que el coche es un elemento que necesita mantenimiento y que debe ser revisado con periodicidad. De este modo, conseguiremos que las reparaciones de nuestro coche sean menos costosas. Sin duda, las lunas del coche son uno de los aspectos que mayores problemas puede tener, por lo que debemos recurrir a expertos en la sustitución de lunas siempre que los necesitemos. A pesar de ello, no son los únicos problemas que podemos tener en el coche. ¿Cuáles son? En este artículo desvelamos cuáles.
Los parabrisas están en constante tensión por factores materiales y físicos
El coche cuenta con distintos elementos que deben ser revisados y reparados obligatoriamente. Todo ello nos permitirá disfrutar de una conducción sin riesgos para nosotros ni para el resto de ciudadanos. Sin duda, las lunas se convierten en uno de los elementos más importantes a la hora de hablar de seguridad en la conducción. Necesitamos reparar cualquier tipo de daño para que no incida negativamente en la visión del conductor, sustituyéndolas por unas nuevas cuando sufran daños.
Además de la visión, también nos protegen de agentes externos. Su importancia se centra en que representan hasta el 30% del soporte de nuestro coche y además, en caso de accidente, las lunas pueden resistir y proteger a los ocupantes. El impacto en el parabrisas también puede afectar gravemente a nuestra seguridad, ya que se puede reducir la resistencia del parabrisas hasta un 70%, provocando que nuestro coche pierda efectividad en caso de siniestro. Además de ello, el airbag es un elemento que se apoya en el parabrisas. En caso de que no estuviese bien adherido a la carrocería, perdería el soporte y con ello, su funcionalidad.
Las razones por las que las lunas sufren daños, se centran en el estado del asfalto de las carreteras. Se estima que cerca del 80% de las roturas es por esta causa y, en lugares donde el mantenimiento es nulo, el porcentaje es aún mayor. Por otro lado, debemos investigar la climatología. En caso de nieve abundante, debemos retirarla con una espátula evitando dañar las lunas del coche y no hacerlo nunca con calefacción, puesto que el cambio de temperatura también podría dañar la luna.
Lo cierto es que gracias a las distintas innovaciones tecnológicas y la calidad del vidrio, las lunas tienen cada vez mayor calidad. Se trata de cristales más ligeros, pero a su vez resistentes y seguros. Sin embargo, tal y como hemos recogido anteriormente, existe la posibilidad de que también puedan sufrir algunos daños que necesitan ser reparados de inmediato. Para ello, debemos apostar por profesionales en el ámbito, por lo que si necesitamos reparar, sustituir o revisar tanto las lunas del coche como el parabrisas, lo mejor es apostar por lugares en los que la calidad y la profesionalidad sean fundamentales. De este modo, conseguiremos disfrutar cómodamente de nuestro coche manteniéndonos siempre seguros.