La marca alemana se ha puesto las pilas a tope (y nunca mejor dicho) en los últimos dos años para ofrecer a sus clientes vehículos con la última tecnología en movilidad eléctrica, que se reparte en dos grandes grupos, los eléctricos (gama EQ) y los híbridos enchufables (gama e). De este segundo tipo forma parte el vehículo que hemos tenido el placer de probar y que parte de un precio bastante moderado (53.779 euros) tratándose de un vehículo de alta gama con unas calidades excelentes, un interior amplio y cómodo y un motor con prestaciones sorprendentes.
En cuanto a la estética, a pesar de haberse remodelado hace dos años, conserva la frescura de un vehículo moderno y atractivo, que dispone de un frontal con unas ópticas muy modernas, pero lo que más destacaríamos de esta parte delantera es la parrilla con detalles cromados y con el logo de la marca en el centro de dimensiones considerables. Con ello se consigue un frontal de lo más agresivo.
La parte posterior de este Mercedes GLA destaca por tener unos faros muy parecidos a los que lleva lel Clase A de la firma, que hay que decir que le da también un aire serio y deportivo, gracias también al acompañamiento de las salidas de escape laterales cromadas.
La primera versión de este modelo se caracterizaba por tener una parte posterior más bien estrecha para sus ocupantes, pero este se corrigió convenientemente en la versión que hoy nos ocupa. De hecho, es uno de los SUV más pequeños del segmento, que redujo su longitud pero mejoró su interior. Ahora tiene 4.410 mm de largo, con una anchura de 1.834 mm y una altura de 1.616 mm.
En cuanto a rendimiento del motor, este Mercedes GLA 250e esconde un propulsor de gasolina con cuatro cilindros y 1.33 litros. Éste es capaz de entregar 160 CV, pero no está sólo ya que también dispone de un motor eléctrico EQ Power de 75 kW. Con los dos juntos consigue 218 CV de potencia y 450 Nm de par. Va ligado a una transmisión automática de doble embrague y ocho velocidades (8G-DCT) y tiene la peculiaridad de ser de los pocos modelos de tracción delantera de su segmento, que suelen tener la tracción total.
En carretera, este motor puede mostrar dos caras totalmente diferentes. Hay que decir que al arrancarlo siempre da prioridad al motor eléctrico, pero que tú puedes elegir por el tipo de conducción que quieres llevar en cada momento.
En modo exclusivamente eléctrico la marca anuncia 61 Km de autonomía, que son bastante reales y que se muestran suficientes para ir por carretera a un ritmo alegre. Pero cuando cambiamos el modo de conducción por el Sport, se despierta el galgo que lleva dentro, con el que puede conseguir que pase de 0 a 100 en 7,1 segundos o una velocidad máxima de 220 Km/h.
Además, el consumo también es bastante reducido ya que llevándolo en modo híbrido la marca ha homologado 1,6 litros a los 100 Km, una cifra que se puede conseguir yendo con cuidado y buscando cargadores en las rutas que se hagan, o incluso se puede bajar.
En el interior, este Mercedes GLA no muestra grandes diferencias con los interiores del resto de los Mercedes de la familia compacta, lo cual es un acierto porque es atractivo, práctico y cómodo. Así, las dos pantallas de grandes dimensiones que presiden el interior, cuentan con la información más que suficiente y son fáciles de manejar de manera intuitiva.
Además, como no podía ser de otra manera, las calidades de los acabados son de primer nivel, lo cual favorece que se aseguro un buen «envejecimiento» del vehículo sin que se fundan los elementos y sin que haya ruidos molestos al encontrar baches.
La capacidad interior está muy bien equilibrada entre los ocupantes y el espacio de carga. Cinco adultos pueden viajar muy cómodos, además de poseer un espacio de carga suficiente en el maletero con 385 litros, que se reduce un poco respecto a la versión no híbrida por la disposición de las baterías. Si queréis ver este modelo y probarlo, lo encontraréis en el concesionario Autovidal de Palma, situado en Gran Vía Asima.