El Skoda Octavia es un modelo del segmento C que se ha producido desde el año 1997, lo cual indica que ya es un veterano del segmento. De hecho, dista mucho de los primeros modelos de la marca hasta ponerle en primera línea de fuego gracias a su gran relación calidad/precio, cualidad que comparte con el resto de la marca inicialmente checa, pero que comparte muchos elementos estructurales y mecánicos con la mayoría de modelos del grupo Volkswagen del que forma parte.
Exteriormente, se trata de un modelo muy moderno y atractivo a pesar de tener un enfoque familiar, lo cual es de agradecer. La polivalencia y la belleza pueden ir perfectamente de la mano, a lo que también se une es la última tecnología en seguridad y comodidad.
La parte delantera es la más eminentemente Skoda, ya que cuenta con unos faros que tienen mucho parecido con los del resto de la gama, además de contar con un capó delantero muy marcado con hendiduras.
La parte posterior destaca por disponer de unos faros de pequeño formato, modernos y con iluminación led, que ha triunfado en prácticamente todos los vehículos del mercado. De esta parte también cabe destacar que el nombre de la marca esté escrito en todo el portón trasero, lo cual le confiere un tono más moderno aún.
El propulsor que hemos probado es el diésel menos potente de la gama, el 2.0 litros de 115 CV, que ya es un motor veterano pero que sigui dando mucho de sí, además de ofrecer un consumo muy bajo en cualquier circunstancia.
No hay duda de que los motores diésel, a pesar de tener mala prensa por su fama de ser contaminantes, con los aditivos como el adblue consiguen tener unos niveles de contaminación realmente bajos, además de seguir siendo muy dinámicos en carretera gracias al hecho de tener la turboalimentación.
Por su parte, este propulsor tiene unos bajos realmente buenos, gracias al hecho de disponer de un par de 300 Nm desde bajas vueltas. Se nota mucho cuando un vehículo tiene una cilindrada alta como es este caso y no es un vehículo downsizing, en los que la cifra de par suele ser menor.
Para poner una pega a este propulsor, quizá és un poco ruidoso cuando sube de vueltas, sin llegar a ser un problema.
Cuando hablamos de cifras, el Octavia Combi consigue unas prestaciones de lo más interesantes, e incluso sorprendentes. Así, tarda 10,4 segundos para ponerse a 100 Km/h y la velocidad máxima es de 205 Km/h.
Otra cifra que cabe tener muy en cuenta y que destaca es la del consumo, ya que la marca anuncia 4,3 litros en una conducción mixta, que en la realidad pueden llegar a los 5,2, que es la cifra que obtuvimos nosotros en una conducción más bien deportiva.
En el interior, a pesar de no ser la versión más equipada ni con mejores calidades, sí que se nota que pertenece al grupo Volkswagen, tanto por equipamiento como por materiales utilizados.
La pantalla del velocímetro es totalmente digital y permite configuraciones varias, con lo que quizá su fuerte no sea la precisión, pero la información que se ofrece al conductor es muy variada y configurable.
Viene acompañada y complementada por una pantalla central, que no es de grandes dimensiones, pero sí que es más que suficiente para ver de forma clara la información que ofrece, que es muy completa.
La comodidad es otra de sus virtudes, sin duda, y viene dada por una gran amplitud para los ocupantes de las plazas traseras, además de tener un maletero con gran capacidad para poder llevar paquetes de grandes dimensiones.
Si queréis ver este Skoda Octavia Combi, o cualquiera de sus versiones, lo podéis encontrar en Autos Mistalia, situado en la calle Gremi de Boneters, 23 del polígon de Son Castelló. Podéis adquirir uno con un precio desde 27.500 euros.