Al menos 400 personas murieron y alrededor de 10.000 resultaron heridas como consecuencia del terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter que sacudió la pasada madrugada la provincia de Qinghai, en el noroeste de China. El Gobierno chino ya ha desbloqueado fondos para asistir a las víctimas de la tragedia y ha enviado a la zona más de 5.000 efectivos de rescate adicionales, incluidos soldados y trabajadores médicos.
Según el subsecretario general del Gobierno de la Prefectura Autónoma Tibetana de Yushu, Huang Limin, que dio las cifras de muertos y heridos, numerosas personas continúan atrapadas entre los escombros en la localidad de Jyegu, a 50 kilómetros del epicentro, informa la agencia estatal de noticias, Xinhua. Jyegu, donde se encuentra la sede del Gobierno de la prefectura, cuenta con alrededor de 100.000 habitantes, tanto permanentes como inmigrantes.
El terremoto y las consiguientes réplicas --el Servicio Geológico de Estados Unidos ha registrado seis temblores en menos de tres horas, y cinco de ellos han sido de 5 grados o más-- han causado la destrucción de viviendas, templos, gasolineras y centrales eléctricas, aparte de provocar aludes de tierra, cortes de carreteras y del suministro eléctrico y problemas en las telecomunicaciones. Además, una presa ha sufrido desperfectos y los operarios intentan impedir inundaciones.
El presidente de China, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, han ordenado a las autoridades locales que pongan todos los medios posibles para rescatar a los posibles supervivientes. El viceprimer ministro, Hui Liangyu, se ha trasladado a la región y va a encabezar un centro 'ad hoc' que se ocupará de ayudar a los damnificados, prevenir epidemias, vigilar la actividad sísmica y mantener la seguridad pública.
Las autoridades chinas han enviado más de 5.000 efectivos de rescate adicionales, incluidos soldados y trabajadores médicos, a la zona afectada por el terremoto. Así, la Fuerza Aérea del Ejército de China ha desplegado tres portaaviones para transportar a los equipos de rescate y los materiales de asistencia a la provincia de Qinghai, según los medios chinos, que señalan que dos de ellos transportarán a los miembros del equipo nacional de rescate, mientras que otros 100 serán movilizados de los equipos de exploración de minas.
Al menos 700 soldados están retirando todos los escombros de los edificios derribados para intentar rescatar a los que han quedado atrapados entre los restos de los edificios, según un portavoz de la Oficina de Emergencias de la provincia.
Un responsable del Ejército involucrado en las operaciones de rescate, Kang Zifu, dijo que la "primera tarea" de los militares es "salvar a los estudiantes". "Las escuelas están siempre en los lugares que tienen un gran número de residentes", declaró.
En Jiegu, los bomberos estaban intentando rescatar a 20 estudiantes atrapados entre los escombros de un colegio, declaró a la televisión pública Kang Zifu, responsable del equipo de rescate. También estaban tratando de sacar a entre 40 y 50 personas atrapadas bajo un edificio de cuatro plantas derrumbado, según la cadena de televisión CCTV.