Los países de la UE accedieron ayer a flexibilizar las restricciones del espacio aéreo por la nube de cenizas procedente de un volcán islandés, tras las críticas de la compañías por las pérdidas económicas, que cuantifican por encima de las que se produjeron tras el 11-S.
Este cambio de planteamiento se produjo en el quinto día de caos aéreo en Europa -con más de 80.000 vuelos cancelados y cerca de siete millones de pasajeros afectados-, que coincidió con una sustancial reducción de la emisión de cenizas del volcán subterráneo del glaciar Eyjafjallajökull, al sur de Islandia.
Según informó el Instituto Meteorológico de ese país nórdico, la columna de ceniza procedente del volcán, que el sábado pasado alcanzó una altura de 11 kilómetros, se situó ayer por debajo de los tres kilómetros, tendencia que, de mantenerse, podría acabar con los problemas del tráfico aéreo.
La flexibilización de las restricciones, acordadas en colaboración con la agencia europea Eurocontrol en una videoconferencia, establece la división del espacio aéreo en tres zonas.
José Blanco, ministro de Fomento de España -que detenta la presidencia este semestre de la UE- explicó que la primera de estas zonas es aquella que se encuentra en el núcleo central de las emisiones y que en ella se mantiene la restricción absoluta.
En la segunda zona, donde se aprecian restos de cenizas, las operaciones se harán de manera coordinada por las autoridades de los estados miembros, mientras que en la tercera, no afectada por las emisiones, no habrá restricción de ningún tipo a las operaciones.
Algunos países, como el Reino Unido, se adelantaron a esta previsión y prepararon ya la reapertura paulatina de sus espacios aéreos para hoy.
Eurocontrol espera que hoy despeguen entre el 40 y el 45 por ciento de los vuelos previstos en el espacio aéreo europeo, frente al 30 por ciento de ayer, según dijo un responsable de la agencia europea.
La previsión de cara a mañana es que haya otro aumento similar de entre el 10 y el 15 por ciento.
La limitación de las restricciones se produce después de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) criticara ayer duramente a los gobiernos europeos por su gestión de esta crisis y pidiera cambios en el proceso de toma de decisiones. "Ya hemos ido lo suficientemente lejos en esta crisis para expresar nuestra insatisfacción sobre cómo la han manejado los gobiernos, sin análisis de los riesgos, sin consultas, sin coordinación, y sin liderazgo", señaló el director general de la IATA, Giobanni Bisignani.