La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, manifestó que el Gobierno lamenta, pero de momento no puede condenar ante la confusión existente, los "hechos muy graves" ocurridos en el Sáhara Occidental y ha pedido a Marruecos que facilite el trabajo de la prensa española en la zona.
En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Jiménez subrayó que el Gobierno hace "todo lo que está en su mano" para proteger la seguridad de los ciudadanos españoles y contribuir de manera "activa y permanente" a la resolución del conflicto del Sáhara en el marco de Naciones Unidas.
Tras recalcar que el Ejecutivo "rechaza la violencia" como forma de tratar este contencioso, la ministra emplazó a las partes para que retomen la vía del diálogo e hizo un llamamiento a la "contención" para restablecer la normalidad en la zona.
Jiménez recordó que el Gobierno ha pedido ya a las autoridades marroquíes que esclarezca "urgentemente" las circunstancias relacionadas con la muerte de saharaui con documentación española Baby Hamadi Buyema.
Asimismo lamentó la expulsión de tres periodistas de la cadena Ser y pidió la restitución de la acreditación al corresponsal de ABC.
En este sentido precisó que se espera evacuar en breve a los tres españoles que están localizados en la zona del Aaiún.
La ministra dijo que las relaciones con Marruecos constituyen una prioridad de la política exterior española y abogó por mantener las relaciones "sólidas" existentes por razones de seguridad y porque Marruecos es un "socio clave" en la región.
Preguntada por qué España lamenta pero no condena los hechos, Jiménez respondió que "para condenar hay que tener conocimiento completo de los hechos" y que hasta ahora hay "confusión" en cuanto al número de fallecidos y heridos, entre otras cuestiones.
Tras señalar que de momento ninguna institución, organización ni el Gobierno marroquí han hecho un balance de la situación, indicó que España está a la espera de tener un conocimiento "exhaustivo y claro" de los hechos para pronunciarse definitivamente. "No sabemos si se podrá acceder a unos datos finales que sean fiables", insistió Jiménez, antes de añadir que precisamente la confusión existente sobre los acontecimientos de El Aaiún han aconsejado al Gobierno "actuar con prudencia".
El conflicto del Sahara no es de carácter bilateral entre España y Marruecos, sino de alcance internacional, y en ese contexto debe resolverse, precisó la ministra.
También manifestó que el Gobierno "no tiene ningún temor" a que el conflicto afecte a las "sólidas" relaciones con Marruecos.
Tras lamentar la pérdida de vidas humanas y expresar la solidaridad con las víctimas y familiares registradas en el conflicto, la ministra afirmó que el Gobierno mantiene permanentes gestiones para garantizar la seguridad y la protección de los ciudadanos españoles en la zona.
Por otra parte, evitó comentar la polémica que generaron unas palabras del ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, que algunos interpretaron como un reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental -él "ya aclaró de manera precisa lo que había querido expresar", se limitó a decir-, y negó que Miguel Ángel Moratinos interviniera en las gestiones sobre este conflicto.
Jiménez recalcó que las visitas del ex ministro a Túnez, Líbano, Siria e Israel han estado relacionadas exclusivamente con los intentos para celebrar próximamente en Barcelona la cumbre de la Unión por el Mediterráneo, si bien no se ha referido al reciente viaje de Moratinos a Argelia.
También puntualizó que, cuando dijo que respetaba la posición de Marruecos sobre el trabajo de los medios de comunicación, no quería decir que compartiera esa posición, y quiso dejar claro asimismo que el Ejecutivo no teme que las autoridades marroquíes dejen de colaborar con España en materia de inmigración y lucha contra el terrorismo.