Los ministros de Finanzas del G20 acordaron ayer en París crear una serie de indicadores para medir los desequilibrios financieros globales y que incluye tener en cuenta los tipos de cambio.
"Estamos muy satisfechos del resultado conseguido", destacó en nombre de la presidencia francesa del G20 la ministra gala de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, que destacó haber incluido la referencia a tipos de cambio, frente a la oposición de China.
Lagarde, en conferencia de prensa, precisó que todos ellos se van a tener en consideración para establecer políticas económicas que permitan un crecimiento "fuerte y sostenible".
Los indicadores escogidos son la deuda y el déficit público por una parte, el ahorro y la inversión por otro y por último la balanza comercial y el saldo de las inversiones corrientes.
Este último par de elementos constitutivo de la balanza por cuenta corriente, tendrá en consideración el tipo de cambio, la política fiscal y monetaria entre otras, añadió la ministra francesa.
"Todos ganamos con un crecimiento equilibrado" porque con la situación actual "estamos seguros de que vamos a crear otra crisis", explicó para justificar la pertinencia de estos indicadores.
Preguntada sobre qué es lo que ha conseguido levantar las suspicacias de China, que se había manifestado en contra de que se incluyeran alusiones al tipo de cambio, Lagarde respondió que esa cuestión fue objeto de "discusiones y negociaciones" que se prolongaron durante toda la noche pasada y la mañana de ayer.
El acuerdo "es equilibrado porque no pone el acento exclusivamente en el tipo de cambio o en la balanza de pagos (...) y no estigmatiza a nadie".
Además, precisó que los indicadores no establecen limitaciones de obligado cumplimiento, en respuesta a las declaraciones de ayer del ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, en las que señaló que no quería que establecieran restricciones, sino sólo recomendaciones.
Respecto a la prioridad de la presidencia del G20 de poner en marcha una reforma del sistema monetario internacional, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, dijo haber constatado que "todo el mundo está de acuerdo en que debe haber una canasta (...) con divisas convertibles".
Pero "por ahora no hay ninguna conclusión, puntualizó a la pregunta de si se incorporará el yuan, cuyo tipo de cambio no cotiza libremente, sino que está directamente controlado por las autoridades de Pekín.