El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, anunció ayer que investigará la presencia de Bin Laden en Pakistán después de que el domingo el presidente de EEUU, Barack Obama, dijera que el líder de Al Qaeda contaba con apoyos en este país.
"Estamos decididos a llegar al fondo del cómo, el cuándo y el porqué de la presencia de Osama Bin Laden en Abbottabad (donde fue abatido hace una semana por fuerzas de EEUU). Se ha ordenado una investigación", aseguró Guilani en un discurso en inglés en el Parlamento paquistaní.
El primer ministro aclaró que la investigación estará encabezada por el teniente general Javed Iqbal y, pese al anuncio, insistió en que "las acusaciones de complicidad o incompetencia" a su país en relación con el caso son "absurdas".
Guilani criticó "los riesgos inherentes al unilateralismo" de EEUU, que realizó el asalto sin la autorización previa del Gobierno paquistaní, pero acabó reconociendo la "gran importancia" de las relaciones con EEUU e informó de la visita "en un futuro cercano" de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
El primer ministro negó que exista una "división" entre las instituciones paquistaníes, en referencia a las autoridades civiles y al Ejército, considerado el estamento más poderoso de Pakistán.
Guilani defendió de hecho la labor antiterrorista de su país, en particular la de los servicios secretos (ISI), en la diana de las críticas norteamericanas e internacionales por no detectar o permitir la presencia de Bin Laden.
Aunque admitió "fallos" en el trabajo de los servicios de inteligencia, el primer ministro quiso trasladar un mensaje de unidad y evitó cargar las tintas contra el ISI y el Ejército, que guardan una compleja y difícil relación con el poder civil desde la creación del país en 1947.
Guilani aseguró que un comunicado emitido por los militares hace tres días que condenaba la acción de EEUU en Abbottabad contó "con la autorización del Gobierno", en un intento de despejar el escepticismo de algunos sectores sobre el margen de maniobra del Ejecutivo frente al poder del Ejército.
"Estamos todos unidos y totalmente comprometidos a no escatimar sacrificios en defender nuestra dignidad y honor nacional", afirmó.
El mandatario recordó que Pakistán no es "el lugar de nacimiento de Al Qaeda", y justificó su argumento refiriéndose a los "voluntarios árabes" que en la década de 1990 se unieron y dieron alas a la organización terrorista.
"Nosotros no invitamos a Osama Bin Laden a Pakistán, ni siquiera a Afganistán", subrayó Guilani. Pese a ello, reconoció que el jefe de Al Qaeda era "el enemigo número uno del mundo civilizado" y el responsable de la muerte de muchos de sus conciudadanos.