La reunión prevista para mañana martes en El Cairo entre los líderes de las facciones palestinas Al-Fatah y Hamás ha sido aplazada debido a diferencias irreconciliables entre las partes.
Así lo comunicó ayer mismo a los medios en Ramala un destacado miembro del Comité Central de Al-Fatah, Azam al-Ahmad, quien aseguró que "los dos movimientos han acordado buscar una nueva fecha para el encuentro".
En la cita tenían previsto participar el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y líder del movimiento nacionalista Al-Fatah, Mahmud Abás, y el jefe del buró político del grupo islamista Hamás, Jaled Meshal.
Ambos debían sellar la reconciliación palestina con el anuncio de un nuevo gobierno de transición, pero las diferencias entre los dos movimientos continúan siendo muy grandes, en particular en lo referente a quien debe ostentar el cargo de primer ministro del nuevo ejecutivo de unidad.
Fuentes palestinas indicaron que Egipto ha tratado de limar asperezas entre Hamás y Al-Fatah, pero no ha podido salvar de ninguna manera la situación.
Por su parte, el representante de Hamás Salah Al-Bardawil aseguró que consultará con la dirección del movimiento islamista antes de pronunciarse en una dirección u otra sobre las declaraciones de al-Ahmad.
Abás había designado al primer ministro de la ANP en Cisjordania, Salam Fayad, como candidato a encabezar el nuevo gobierno interino, opción que Hamás descarta de plano por considerar que es responsable de la división palestina.
Fayad es una figura que goza del respaldo de la comunidad internacional y, según analistas, fue nombrado por Abás para liderar el próximo gobierno de unidad palestino para sortear el aislamiento o posibles sanciones a un ejecutivo con los islamistas.
Israel, EEUU y la UE consideran a Hamás una organización terrorista y le exigen que reconozca al Estado judío, los acuerdos firmados entre israelíes y palestinos, así como que renuncie a la lucha armada.
El acuerdo de unidad alcanzado el mes pasado entre Al-Fatah y Hamás tuvo por objeto sellar la reconciliación y acabar con la división que impera entre los dos movimientos rivales -el primero gobierna en Cisjordania y segundo en Gaza- desde que los islamistas se hicieron con el control de este último territorio hace cuatro años.
A la espera de una nueva reunión, las esperanzas de una solución próxima al conflicto se alejan. Y es que en este momento las diferencias son muchas más y más profundas que las coincidencias.