Las gestiones políticas entre los mandatarios nacionales y europeos y la relajación de la prima de riesgo hasta 385 puntos, después de que se elevara a 407 puntos básicos al comienzo de la jornada, no evitaron que la bolsa española registrara un nuevo mínimo anual en 9.000 puntos.
La desaceleración de la economía estadounidense, reflejada en la publicación de diversas estadísticas en los últimos días y refrendada en esta jornada con la caída de la actividad del sector servicios el mes pasado y de los pedidos de fábrica el 0,8 por ciento en junio, apuntilló a las bolsas al final de la sesión.
El descenso del precio del petróleo (el Brent se contrataba a menos de 114 dólares) también afectó a las bolsas, aunque el mercado nacional resultaba el mejor parado de Europa con un descenso del 0,85 por ciento, en tanto que Londres y Fráncfort bajaban el 2,3 por ciento, París casi el 2 por ciento, y Milán, el 1,5 por ciento.
Esta jornada de elevada volatilidad comenzó nuevamente con los mercados de deuda español e italiano en el objetivo de los especuladores: la prima de riesgo nacional subía hasta 407 puntos básicos (la italiana a 390), máximo desde la creación del euro, y el rendimiento de la deuda a largo plazo crecía al 6,35 por ciento (acababa el día en el 6,25 por ciento).
Los mercados se resentían de la bajada superior al 2 por ciento de Wall Street el martes y de la posibilidad de que la agencia de calificación de riesgos Moody's, que junto a Fitch mantenía la nota de la deuda estadounidense en "AAA", la rebaje en el futuro cercano por la política fiscal seguida en la mayor economía del mundo.
Casi al mismo tiempo que la bolsa española bajaba más del 1 por ciento y rozaba el nivel de 9.000 puntos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, suspendía sus vacaciones para tratar la situación en los mercados con parte de su gabinete, los grupos parlamentarios y con políticos nacionales y europeos.
Mientras la bolsa nacional se recuperaba, Zapatero y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, así como el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que calificó de "claramente injustificado" el acoso de los mercados a España e Italia, convinieron en la necesidad de aplicar cuanto antes el plan de rescate a Grecia acordado en mes pasado.
Por su parte, el ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, habló con el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, sobre las medidas de contención del contagio y se reunió en Luxemburgo con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, instó al país a no dejarse llevar por el nerviosismo de los mercados.
Entre otras manifestaciones sobre el ataque especulativo al euro, que subía a 1,43 dólares esta tarde, destacó la preocupación del rey por la inestabilidad financiera.
El monarca solicitó a los portavoces parlamentarios que trabajen juntos y "hagan piña" frente a la crisis, sin caer en "batallitas".
Pese a las declaraciones y contactos, los inversores continuaron buscando refugio en valores seguros y la onza de oro alcanzó un nuevo máximo histórico.