La agencia de medición de riesgo Fitch restó ayer importancia a las medidas tomadas por Bruselas y Fráncfort para atajar la crisis de la deuda y señaló que esas iniciativas "se quedan cortas" a la hora de solucionar los problemas en los países de la moneda única.
En un informe sobre la deuda en la Eurozona publicado ayer, Fitch apunta que la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y la compra de títulos italianos y españoles por el Banco Central Europeo (BCE) "son pasos en la buena dirección para asegurar la estabilidad financiera", pero no le parecen suficientes.
Las medidas "se quedan cortas a la hora de dar una respuesta completa a la crisis de confianza de la Eurozona", señala el texto.
Para Fitch, "hasta que no haya una recuperación económica amplia y una reducción mayor del déficit, son probables nuevos episodios de volatilidad en los mercados y las degradaciones de la calificación de deuda persistirán".
La agencia estadounidense alerta, incluso, de que algunos países de la Eurozona "puede que no tengan tiempo" para acometer las reformas.
Asimismo, Fitch advierte de que las reticencias de la ciudadanía a las medidas de austeridad "aumentan el riesgo de países con desequilibrios en sus cuentas, como España, de ser más vulnerables a contagios de crisis de confianza de los inversores de crisis como la griega o la portuguesa".
Y es que, para la agencia, "en el corazón de la crisis del euro están las insostenibles finanzas públicas" de algunos países.
Sobre España, que ostenta una calificación "AA", Fitch destaca que, pese a contar con un porcentaje de deuda pública de los más bajos (60 por ciento), debe hacer grandes esfuerzos para afrontar su déficit presupuestario.