Italia amanecíaa yer casi paralizada, en protesta contra el plan de austeridad de 45.500 millones de euros que ha impulsado el Gobierno de Silvio Berlusconi. Coincidiendo con la huelga, 'Il Cavaliere' dio un paso atrás y accedió a incorporar a su batería de medidas un impuesto del 3 por ciento para las rentas que superen el medio millón de euros anuales y una subida de un punto del IVA, que asciende hasta el 21 por ciento.
El Ejecutivo transalpino decidió ayer martes aprobar dos últimas incorporaciones a su batería de medidas de austeridad: un incremento del IVA hasta el 21 por ciento y un impuesto del 3 por ciento para las rentas que superen el medio millón de euros anuales. El texto anterior establecía un gravamen del 5 por ciento para las rentas de entre 90.000 y 150.000 euros y del 10 por ciento para las mayores de 150.000.
Al plan se añade el incremento de la edad de jubilación (de 60 a 65 años) para las mujeres que trabajan en el sector privado. Se iba a hacer en 2016 y ahora se hará en 2014. Además, los italianos seguirán los pasos de España e incluirán en su Constitución una "regla de oro" sobre el equilibrio presupuestario.
El paquete de medidas se aprobará a través de un "voto de confianza". El proceso comenzó ayermartes, con el arranque del debate en el Senado. De ahí, el documento pasará a la Cámara Baja, cuya votación final está prevista para el 20 de septiembre.
Clase media
La opinión pública considera que la carga de los ajustes recaerá sobre los hombros de la clase media. Algunas de las medidas más criticadas fueron eliminadas del texto, pero esto no consiguió calmar las aguas. De hecho, Italia se paralizó ayer martes con una huelga que se dejó sentir en todos los sectores de la sociedad.
La Confederazione Generale Italiana del Lavoro (CGIL), principal sindicato del país mediterráneo, impulsó los paros de ocho horas por turno, sin el apoyo de los sindicatos más moderados. Su incidencia se notó de manera especial en los transportes públicos, ferrocarriles y aeropuertos.