Las fuerzas armadas rebeldes, que asediaban la ciudad de Sirte, a 360 kilómetros al este de Trípoli, tomaron ayer el control total del barrio de Abou Hadi, donde nació el antiguo líder libio Muamar Gadafi, confirmaron a EFE fuentes de los subversivos.
Los rebeldes cercaron este objetivo, situado en la periferia de Sirte, durante tres días, aunque tuvieron que hacer frente a una resistencia enconada por parte de las fuerzas fieles al antiguo régimen.
Tras 72 horas de violentos combates que han costado numerosos muertos y heridos en las dos partes, los insurgentes consiguieron el control sobre el enclave e hicieron replegarse hacia el centro de la ciudad a los gadafistas, agregaron las fuentes.
Los combatientes rebeldes han recuperado una importante cantidad de armas y capturado a más de 20 defensores del régimen gadafista, según las fuentes.
Las mismas fuentes señalaron que las fuerzas de las nuevas autoridades libias decidieron suspender sus bombardeos sobre la ciudad de Sirte para permitir a la población civil abandonar los lugares donde se seguía peleando aún ayer entre las dos facciones enfrentadas.
Posiciones gadafistas
En los últimos días, los insurgentes utilizaron carros de combate y cañones de largo alcance para golpear las posiciones gadafistas mientras que los aviones aliados seguían bombardeando las zonas.
Este ataque combinado no parece que haya conseguido todos sus objetivos ya que un importante contingente de fuerzas leales a Gadafi han podido tomar posiciones en el corazón de la ciudad.
El Consejo Transitorio libio (CNT, órgano político de los rebeldes), anunció el pasado viernes acordó dar un plazo de dos días a los habitantes de Sirte para que abandonasen la ciudad y poder realizar el asalto final, pero en el día de ayer fue nuevamente aplazado.
Los responsables militares de los insurgentes señalaron que el aplazamiento se debe a los millares de civiles, que según ellos, son mantenidos como rehenes y escudos humanos por las fuerzas gadafistas que defienden la ciudad.
La situación militar de esta ciudad así como la de Beni Walid, otro bastión de las fuerzas leales a Gadafi, constituyen una de las razones que han obligado al CNT a retrasar la formación de un gobierno de transición.