François Hollande será el candidato del Partido Socialista francés (PS) a la Presidencia su país, tras su victoria, clara y sin sorpresas, sobre la primera secretaria de la formación, Martine Aubry, en las elecciones primarias celebradas ayer en Francia.
Hollande, de 57 años y representante del ala moderada del PS, será el rival por lo tanto en las elecciones de 2012 de Nicolas Sarkozy, el actual presidente de la República, a quien los socialistas pretenden sacar del Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia.
A falta de confirmación definitiva de los resultados, a las 21.30 hora local, dos después del cierre de los colegios, Hollande aventajaba a Aubry en 13 puntos, con cerca de un 56 por ciento, una distancia mayor de la que separó a ambos en la primera vuelta de las primarias del día 9 de octubre.
Aubry reconoció ya la victoria de Hollande y llamó a la unidad del partido detrás de su candidato, al tiempo que confirmó que se queda al frente del PS, como hasta ahora.
A esa misma hora, Aubry recibía a Hollande en la sede del partido, en la calle Solferino, donde simpatizantes del vencedor le recibieron coreando "al Elíseo, al Elíseo".
El ganador de los comicios del PS pidió un partido "solidario" en el camino al palacio presidencial y aseguró que a los conservadores no les va a ser precisamente fácil hacerse a "la idea de la alternancia", viéndose ya como inquilino del edificio del número 55 de la rue Faubourg Saint-Honoré.
"En tres meses hemos conseguido un líder sin contestación", aseguró por su parte Arnaud Montebourg, el "rojo" de entre los del partido de la rosa, quien se aupó a un tercer puesto en la primera vuelta de las primarias socialistas para sorpresa de muchos.
Del apoyo de quienes le votaron en primera ronda a Hollande se dudaba hasta ayer mismo, cuando el propio "tercero en discordia" hizo saber que algunos "amigos" suyos votarían por Aubry, pero al final la sorpresa no fue perfecta.
Las primarias de los socialistas se saldan además con un éxito inesperado de participación de los franceses, que han vivido durante semanas con un destacado interés los debates de los seis candidatos del PS y que en esta segunda ronda acudieron en mayor número: unos 2,7 millones en cifras aún no definitivas.
Las intervenciones de todos ellos en televisión en horas de máxima audiencia reunieron a millones de franceses, que pudieron apreciar sin embargo que las distancias entre los candidatos probablemente no eran grandes desde el punto de vista ideológico.
El proceso de primarias del PS acaba por lo tanto con la derrota de Aubry, representante de la izquierda del partido y que en los últimos días vio cómo los otros cuatro compañeros que rivalizaban con ella y con Hollande se pronunciaban a favor del diputado de Corrèze (centro-sur).
La alcadesa de Lille, quien interpretó durante la campaña de las primarias el papel de líder de lo que ella misma denominó una "izquierda fuerte" -frente al cartel de "izquierda blanda" asociado a Hollande hasta dentro de su propio partido- se hará ahora a un lado para dejar paso al candidato que más franceses ven como idóneo para volver al Elíseo.
Además, las primarias significan un éxito de participación por encima de los límites de las bases y los simpatizantes del PS, ya que el proceso se abrió por deseo del partido a todos aquellos que quisieran apoyarlo previa declaración de compromiso con los valores que representa el partido y el pago simbólico de un euro para sufragar gastos.