Tras días de intenso debate sobre qué hacer con los cuerpos del derrocado dictador libio Muamar Gadafi y su hijo Mutassim, ambos fueron finalmente enterrados en la madrugada de ayer martes en las arenas del inmenso desierto libio en un lugar que no ha sido revelado. Hasta este lunes, los libios desfilaron por delante de los dos cadáveres después de que Gadafi falleciera el pasado jueves en Sirte, su ciudad natal, durante un ataque de las fuerzas sublevadas del Consejo Nacional de Transición (CNT), en el que también resultó abatido su hijo tras la caída de la localidad. Precisamente en Sirte fallecieron ayer, miércoles, más de 50 personas por la explosión de dos tanques de combustible.
Las nuevas autoridades libias decidieron el lunes cerrar las puertas de la cámara frigorífica que albergaba los cuerpos de Gadafi y Mutassim en Misrata, dados sus evidentes signos de descomposición. Desde el pasado viernes y hasta entonces, numerosos libios desfilaron frente a los cadáveres sin que les importara que no hubieran sido enterrados aún a pesar de que la tradición islámica estipula que se debe sepultar a los muertos el mismo día de su muerte.
Desde que fallecieron el pasado jueves Gadafi y Mutassim, se ha debatido qué hacer con los cadáveres de ambos. Mientras las autoridades de Misrata no querían que se les enterrara en su territorio, el CNT deseaba que fueran sepultados en un lugar secreto para así evitar que se convierta en un lugar de peregrinación para los gadafistas.
Y finalmente así fur: "Gadafi y el hijo Mutassim han sido enterrados en un lugar secreto con los debidos respetos. Ofreceremos más detalles de forma oficial más tarde", declaró un alto cargo.
Horas antes de que se anunciaran los entierros, que fueron confirmados por un cargo militar de Misrata, responsables del CNT informaron de que el derrocado líder libio sería sepultado en secreto en una zona desértica.