El presidente electo del Gobierno, Mariano Rajoy, ha estado recibiendo en las últimas semanas diversas propuestas de estructura de Gobierno. La mayor parte de ellas coinciden en plantear la separación de Economía de Hacienda en dos ministerios diferentes, según informaron a Europa Press las fuentes consultadas. Todos estos esquemas siguen el mandato de Rajoy de reducir la estructura administrativa al máximo y el número de ministerios en, al menos, dos, tal y como adelantó en campaña electoral.
El argumento de los que defienden separar las funciones de Economía y Hacienda se basa en la necesidad de, por un lado, agrupar el grueso de las políticas de gasto y tenerlas controladas en un mismo Ministerio, ajustándolas a los ingresos, lo cual daría, de cara al exterior una imágen de seriedad al intentar disminuir al máximo las tensiones internas entre ministerios por los ajustes que se van a llevar a cabo. Esto reflejaría, alegan, un compromiso serio de que se va a cumplir el objetivo de déficit fijado por la UE para 2012 que es del 4,4 por ciento.
Por ello, el planteamiento que hacen es que en Hacienda se incluya también Administraciones Públicas, que lleva las relaciones con las comunidades autónomas y Seguridad Social --que incluye las pensiones--.
Sin embargo, el Ministerio de Economía, que podría ser también una vicepresidencia, sería la otra cara de la moneda, tendría la función de capitanear las medidas adecuadas y los incentivos necesarios para poner las condiciones que ayuden al país a salir de la crisis económica.
En este departamento se podría incluir toda la política relativa a pymes --no en vano una de las primeras medidas que quiere poner en marcha Rajoy es una Ley de Emprendedores--, al impulso industrial, a la innovación, al comercio, el turismo y a la creación de empleo. En definitiva, todo lo que genere impulso para crear riqueza, innovar y generar puestos de trabajo.
No obstante, algunos asesores del presidente electo incluyen en el organigrama del futuro Gobierno un Ministerio de Industria, que asuma la innovación, Comercio y Turismo.
Lo que prácticamente se da por descontado es que habrá una vicepresidencia política fuerte, que agruparía al Ministerio de Presidencia y la Portavocía del Gobierno.
También hay varias propuestas que plantean funsionar los ministerios de Educación y Cultura, pero en esto no hay unanimidad, porque algunos asesores quieren que Cultura dependa directamente del Presidente del Gobierno para dar relevancia a este aspecto y utilizar el potencial que tiene la lengua española en el resto el mundo como un elemento de la acción exterior, tanto comercial como cultural, de España.