Las agresiones de padres a profesores han bajado durante el pasado curso 2010-2011 respecto al anterior, pero han aumentado las amenazas y las coacciones, según el informe anual del Defensor del Profesor del sindicato docente Anpe, presentado ayer jueves, que en ese periodo atendió un total de 3.683 profesores de centros públicos y privados de todos los niveles de enseñanza.
Esta actitud de algunos padres, que centran el 25 por ciento de las quejas al Defensor del Profesor (24% el curso anterior), se debe a que no se puede actuar administrativamente contra ellos, sino sólo contra los alumnos. "Hay padres que no admiten las sanciones que se les imponen a sus hijos e increpan a los docentes; tampoco admiten que el profesor es el especialista", explicó la coordinadora de este servicio de Anpe, Inmaculada Suárez.
Si bien en general los resultados han experimentado una mejoría respecto a los cursos anteriores y eso se ha traducido en menos quejas (315 menos que en 2009-2010), hay problemas, como el de las presiones a los profesores para modificar las notas -tanto de padres como de alumnos- que, aunque no es el más representativo, sí ha crecido y ha pasado del 7 al 8 por ciento.
Los problemas de los profesores para dar clase continúan siendo una de las quejas más numerosas, pero ha disminuido del 28 al 24 por ciento, al igual que las conductas agresivas del alumno al profesor y sus compañeros (del 14 al 11%), agresiones de alumnos (del 9 al 6%), insultos (del 17 al 14%), faltas de respeto (del 20 al 19%), acoso y amenazas de alumnos (22 al 20% y grabaciones, fotos o comentarios en Internet (del 10 al 9%).