El Papa Benedicto XVI dijo ayer que la enfermedad es "una señal de la acción del Mal en el mundo y el hombre" y subrayó que hay que responder a ese "ataque" con las curas médicas apropiadas pero también con la fe en el amor de Dios.
"Las enfermedades son una señal de la acción del Mal en el mundo y en el hombre, mientras las curaciones demuestran que el Reino de Dios está cerca", dijo Benedicto XVI durante el tradicional rezo del Ángelus dominical ante miles de fieles en la plaza de San Pedro, que ayer presentaba una imagen inusual cubierta de nieve.
El Pontífice señaló que la enfermedad puede ser una prueba "larga y difícil" y que cuando la curación no llega y el sufrimiento se alarga es posible permanecer "aislados", con lo que la propia existencia se "deprime y deshumaniza".
Ante este "ataque del Mal", Benedicto XVI dijo que hay que reaccionar con las "curas apropiadas", ya que la medicina en los últimos decenios ha avanzado a "pasos de gigante", aunque subrayó que "la Palabra de Dios nos enseña que existe un comportamiento decisivo y de fondo con el que afrontar la enfermedad" que es el de la fe en el amor de Dios.
"Como Jesús afrontó al Maligno con la fuerza del amor que le llegaba del Padre, también nosotros podemos afrontar y vencer la prueba de la enfermedad si tenemos el corazón sumergido en el amor de Dios", dijo el papa.
Benedicto XVI recordó además que el próximo sábado 11 de febrero se celebra la Jornada Mundial del Enfermo y manifestó: "Hagamos como las personas en los tiempos de Jesús: espiritualmente presentémosle a todos los enfermos con la confianza de que Él quiere y puede curarles, e invoquemos la intercesión de la Virgen".