El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ratificó ayer su compromiso con la austeridad y las reformas para crecer y crear empleo, aunque advirtió de que este año "va a ser malo" y confirmó que en 2012 empeorarán todavía más las cifras del paro.
Rajoy describió este negro panorama -"es difícil imaginar un punto de partida peor para esta legislatura"- en el debate que el pleno del Congreso ha dedicado a la última Cumbre europea, donde apuntó que el PIB caerá este año "aproximadamente" un 1,5 por ciento del PIB, como augura el Banco de España. "Esto no se va a arreglar en media hora y este año va a ser malo; ustedes hablaban de brotes verdes y nos han traído aquí; yo no voy a hacer lo mismo", subrayó para criticar al anterior Gobierno socialista.
Rajoy fue especialmente pesimista ante la evolución del empleo porque "la situación no puede ser más grave" y las cifras del paro "no van a mejorar a corto plazo; es más, durante 2012 empeorarán". A falta de los datos definitivos de 2011, dejó claro que el déficit público estará por encima del 8 por ciento del PIB frente al 6 comprometido y reveló que en la cumbre pidió a los socios europeos que se exijan a España "esfuerzos realistas".
En su opinión, "lo más urgente" es contar con unas cuentas públicas saneadas, punto fundamental para reducir la prima de riesgo y facilitar el acceso al crédito, dado que en estos momentos lo absorbe el sector público y no llega al privado.
Ante las críticas de la mayoría de los portavoces a esa política de austeridad, reconoció que es "imprescindible, pero no suficiente" para relanzar la economía y explicó que tanto los ajustes como las reformas estructurales planificadas son un "instrumento" para el objetivo central del Gobierno: crecer y crear empleo.
Rajoy defendió la ley de estabilidad presupuestaria y garantizó que fijar el déficit cero como objetivo para 2020 cumple "escrupulosamente" el pacto constitucional firmado con el PSOE el año pasado, ya que así lo define la normativa europea y ambos partidos se comprometieron a seguirla. No obstante, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ratificó que su partido votará en contra de la ley si no se flexibiliza.
Junto a esta norma, Rajoy subrayó la importancia de la reforma del sector financiero, y la del mercado laboral, que se aprobará mañana y será "amplia y profunda, a la vez que equilibrada". "No tengo el más mínimo interés en que haya una huelga general, pero sí una reforma laboral", señaló Rajoy tras reprochar a Rubalcaba que utilizara en el pleno una "conversación privada", en referencia a una frase que captaron las cámaras de televisión en la última cumbre, en la que expresaba su temor a un paro.
"Mi convicción es que los frutos llegarán si desterramos improvisaciones, evitamos bandazos y somos tenaces en la aplicación de las medidas, sin desmayar, hasta lograr lo que deseamos", manifestó Rajoy antes de reiterar que aspira a dirigir un Gobierno "previsible".