El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, ha acudido este sábado a los Juzgados de Palma para ser interrogado, en calidad de imputado, por el juez que instruye el caso Nóos, José Castro. El marido de la Infanta Cristina ha acotado su responsabilidad en las sociedades investigadas y se ha desvinculado de la propiedad y la gestión de la mayoría de ellas. Asimismo, ha descargado responsabilidades en su exsocio Torres al asegurar que era éste quien se encargaba de adoptar las resoluciones en materia de contratación.
"Vengo a aclarar la verdad de los hechos y a defender mi honor y mi inocencia". Con esta declaración de intenciones manifestada a los periodistas ha llegado el duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a los Juzgados de Palma.
Finalmente ha atravesado a pie los poco más de 30 metros que separan la verja del edificio judicial y la entrada, a pesar de que el juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, le había autorizado a entrar en vehículo por "estrictas razones de seguridad".
"Mi intención en el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos y estoy convencido que la declaración de hoy contribuirá a demostrarlo. Muchísimas gracias a todos, muchísimas gracias por su atención", ha concluido Urdangarin, quien ha mostrado en todo momento un semblante tranquilo, aunque estaba visiblemente más delgado.
Posteriormente ha entrado en las dependencias judiciales para comenzar a declarar, en calidad de imputado, ante el juez que instruye el caso Nóos, José Castro. Una vez dentro, el duque de Palma ha acotado su responsabilidad en las sociedades investigadas y se ha desvinculado de la propiedad y la gestión de la mayoría de ellas, según informaron a Europa Press fuentes cercanas a los abogados del duque presentes en la declaración.
En su primera declaración ante el juez Castro, ha respondido a todas las preguntas formuladas por el magistrado, ha confirmado que la Casa del Rey le pidió en 2006 que dejara de contratar con administraciones públicas y ha definido como "testimonial" el papel que tenía la Infanta Cristina en el Instituto Nóos.
Las acusaciones consideran a Urdangarin, junto a Torres, responsable de urdir un entramado societario cuando ambos estaban al frente de Nóos con el fin de apoderarse de los fondos públicos y privados que recibía la entidad.
Para ello, fijaban precios totalmente desproporcionados por los servicios que prestaban a la Administración y posteriormente simulaban trabajos ficticios a mercantiles del entramado societario de Nóos. Cantidades que acababan presuntamente así en manos de empresas controladas por los dos imputados.
Urdangarin ha querido dejar muy claro que tan sólo había estado vinculado a Nóos Consultora, como socio al 50%, y a Aizoon, como socio y administrador. Asimismo, ha insistido en que nada tenía que ver, ni como accionista ni como gestor, en las otras empresas investigadas: Bufete Tejeiro, Virtual Estrategies, Intuit, Shiriaimasu y De goes, entre otras.
El duque de Palma ha acotado su responsabilidad a las gestiones que realizó como presidente del Instituto Nóos, dentro de un ámbito de competencias limitado a sus conocimientos en patrocinios y deportes.
Por otro lado, se ha desvinculado, una y otra vez, de la llevanza de la contabilidad y de las operaciones entre sociedades contenidas en el sumario y de las que declaró no saber nada.
RESPONSABILIZA A SU EXSOCIO EN EL INSTITUTO NÓOS
Respecto a las facturas que se le han ido exhibiendo durante su comparecencia, Urdangarin ha indicado que desconocía todo lo relativo a las mismas debido a que era su exsocio en el Instituto Nóos, Diego Torres, quien se encargaba de adoptar resoluciones en materia de contratación, de forma que se ha desvinculado de cualquier responsabilidad en esta cuestión.
Sí ha reconocido que se reunió en el Palacio de Marivent, en 2003, con el expresidente del Govern balear, Jaume Matas, y el exdirector general de Deportes José Luis 'Pepote' Ballester, a fin de negociar la posibilidad de que el Ejecutivo autonómico patrocinase el equipo ciclista Banesto, que tras esta operación adoptaría el nombre Illes Balears-Banesto.
En este sentido, los investigadores apuntan a que el duque de Palma exigió 300.000 euros al Govern tras proponer a Matas que la administración patrocinase el equipo deportivo.
Al respecto también fue interrogado la pasada semana el exgente del Instituto Balear de Turismo (Ibatur), Juan Carlos Alía, quien afirmó que todo lo vinculado al Illes Balears procedía de Matas, puesto que "era un proyecto personal suyo".
Según dijo, cuando Ballester le transmitió que el Ibatur debía participar económicamente en la promoción del equipo ciclista Illes Balears-Banesto en favor de Nóos Consultoría Estratégica, le pareció que la decisión de adjudicar este contrato de patrocinio a la entidad privada ya estaba tomada de antemano.
Sin embargo, aseguró no haber sospechado en su día de que hubiese algo ilícito o ilegal en este contrato para la elaboración de material publicitario del equipo sin que mediase concurso alguno.
El propio 'Pepote' recordó ante el juez que las veces que en 2003 se reunió con Urdangarin los encuentros se producían en el Palacio de Marivent -donde se abordaban asuntos de índole laboral-, además de en casa de Ballester, en el Club Náutico y "en algún barco".
CAMPS, BARBERÁ Y EL VALENCIA SUMMIT
El duque de Palma ha desvelado durante su declaración las reuniones previas que mantuvo con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, antes de que fuese adjudicada al Instituto Nóos la organización de las jornadas sobre turismo y deporte denominadas Valencia Summit.
Durante su comparecencia ha recordado cómo contactó con la primera edil de Valencia para proponerle la celebración de este evento, ante lo cual Barberá consideró necesario que el asunto fuese abordado en presencia de Camps, según han informado fuentes jurídicas.
Así, ha recordado que cuando fue a reunirse con el exjefe del Ejecutivo valenciano, éste dio luz verde al proyecto, del que entre 2004 y 2006 se llevaron a cabo tres ediciones con un coste de unos tres millones de euros de la Generalitat a Nóos, en un único encuentro. A los tres días, ha subrayado, la organización de las jornadas fueron adjudicadas a la empresa entonces presidida por Urdangarin.
Asimismo y entre otras cuestiones, el juez le ha preguntando si los folletos de presentación de los que se servía la entidad con su nombre y el de la Infanta Cristina tenían un reclamo publicitario como objetivo, sobre lo cual el encausado ha precisado que la pretensión de estos prospectos era ofrecer solvencia y confianza familiar.
Urdangarin ha hecho referencia en este sentido a una empresa familiar en la que puso a sus dos hijos de tres y cuatro años como socios a fin de que tuvieran su participación en la mercantil, denominada Namaste.
Pasadas las 20.00 horas el juez José Castro ha finalizado su interrogatorio al duque de Palma y la declaración del yerno del Rey se ha aplazado a este domingo, a las 9.30 horas.