Las fuerzas del Gobierno sirio y los rebeldes opositores que combaten contra el régimen han cometido crímenes de guerra en el marco de los combates que libran desde hace más de año y medio, aunque en el caso de la disidencia la "gravedad, frecuencia y escala" de los delitos no alcanza los niveles de los perpetrados por el régimen de Bashar al Assad, según el informe de una comisión de expertos de Naciones Unidas publicado este miércoles.
La comisión independiente, encabezada por el brasileño Paulo Pinheiro, ha alertado de que las tropas gubernamentales y la milicia aliada 'shabbiha' han incurrido en crímenes de guerra y contra la humanidad y cita como ejemplos casos de asesinato y tortura, así como violaciones de hombres, mujeres y niños.
En su informe, de 102 páginas y elaborado en base a mil entrevistas, los expertos de la ONU consideran que existen pruebas "razonables" para determinar que las fuerzas leales a Al Assad han cometido "graves violaciones de la ley internacional sobre Derechos Humanos y de la ley humanitaria internacional, incluyendo asesinatos, torturas, detenciones arbitrarias". Además, también han vinculado al régimen con "detenciones, violencia sexual, ataques indiscriminados, pillaje y destrucción de propiedades", dentro de lo que considera una política orquestada directamente por el Gobierno.
La estadounidense Karen AbuZayd, miembro de la comisión, ha incidido, en declaraciones a Reuters, en que existe una "política de estado" para responder a las revueltas, a la vista de la forma en que se desarrollan "operaciones complejas a gran escala" y del sistema de colaboración entre el Ejército y otros cuerpos de seguridad. Las dos partes en conflicto, Gobierno e insurgencia, han perpetrado violaciones de los Derechos Humanos durante los combates que libran desde hace 17 meses y que en las últimas semanas se han extendido a las dos principales ciudades del país, Damasco y Alepo. Según los expertos de la ONU, los dos bandos han cometido crímenes de guerra, si bien los investigadores han establecido una diferencia entre las partes. En este sentido, han señalado que los delitos de los rebeldes "no han alcanzado la gravedad, frecuencia y escala" que los cometidos por el Ejército y las fuerzas de seguridad.
El informe incluye como crimen de guerra cometido por las tropas del régimen los ataques contra cooperantes de la Media Luna Roja Árabe Siria, mientras que en el caso de los rebeldes se denuncian las ejecuciones de militares y milicianos afines al Gobierno. "Ejecutar a un prisionero sin proporcionarle las garantías jurídicas fundamentales es un crimen de guerra", han subrayado los expertos internacionales.