Mantener la solvencia y la liquidez, priorizar la reputación y alcanzar un nivel de calidad "diferencial" son algunos de los retos que se plantea La Caixa en los dos próximos años, según afirmó ayer su presidente, Isidre Fainé, durante la celebración de la asamblea general ordinaria de la entidad.
El máximo órgano de gobierno de La Caixa ha aprobado las cuentas anuales y los informes de gestión del ejercicio 2012, así como la memoria y los estados financieros de su obra social, que contará este 2013 con un presupuesto de 500 millones de euros.
Durante la asamblea, a la que ha asistido la Infanta Cristina, directora del Área Internacional de la Fundación La Caixa, Fainé ha destacado que 2012 ha supuesto "un avance definitivo" para el grupo, que ha alcanzado el liderazgo de la banca minorista en España tras la integración de Banca Cívica.
En un entorno de crisis, el grupo catalán ha alcanzado en el último año un resultado neto atribuido de 135 millones de euros, tras registrar dotaciones y saneamientos por más de 11.000 millones de euros.
En este sentido, Fainé ha puesto de manifiesto las "contradicciones" que implican los últimos cambios regulatorios impulsados por el Gobierno, ya que mientras exige "más provisiones y nuevos requisitos de solvencia a la banca", al mismo tiempo le pide que dé más crédito.
Sobre la actual situación económica, el presidente de La Caixa y de CaixaBank ha recordado que hace tan sólo unos meses Europa "caminaba hacia una segunda recesión, con la amenaza de una salida del euro, con los mercados tensionados, con un panorama regulatorio incierto y un malestar creciente en la calle".
Hoy, sin embargo, lo que resulta "crucial" para la economía española es resolver la crisis de deuda soberana y la recuperación de la eurozona.
Por todo ello, Fainé ha insistido en que "el cambio de tendencia está muy cerca" y que si la Eurozona empieza a recuperarse en la segunda mitad de 2013, la actividad económica en España "se estabilizará".
Acerca de las perspectivas de futuro de La Caixa, Isidre Fainé ha subrayado que en los dos próximos años los principios que regirán la gestión de la entidad estarán focalizados en "priorizar la reputación, alcanzar un nivel de calidad diferencial y mantener la solvencia y la liquidez".
Todo ello, ha apuntado, unido a la mejora de la rentabilidad, pese a que el reto pendiente del sector financiero continúa siendo, precisamente, la baja rentabilidad, que "se mantendrá en niveles reducidos".
Fainé ha defendido la "manera de hacer las cosas" de La Caixa, con prudencia, sentido de la anticipación, profesionalidad y responsabilidad, y ha manifestado: "Si hoy no existiera, habría que fundarla".
Por su parte, el director general de La Caixa, Juan María Nin, ha destacado la fortaleza comercial de la entidad, líder en todos los segmentos de banca minorista, y ha remarcado que, pese al contexto económico actual, "no ha dejado de conceder créditos", hasta un total de 800.772 nuevas operaciones en 2012, por valor de 72.000 millones de euros.
Nin, que es también consejero delegado de CaixaBank, ha resaltado asimismo el esfuerzo realizado por la plantilla, que ha permitido a la entidad mantener un alto nivel de exigencia en la calidad del servicio, en el desarrollo de nuevos productos y en el crecimiento del negocio. EFE