El Estado cerró junio con un déficit en términos de contabilidad nacional de 40.001 millones de euros, lo que supone una caída del 8,2 por ciento respecto al de un año antes y sitúa el desequilibrio de sus cuentas en el equivalente al 3,81 por ciento del PIB, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Hacienda.
De esta forma se supera el objetivo comprometido por la Administración Central para 2013 (3,7 por ciento del PIB), si bien la evolución de la ejecución presupuestaria hasta junio no condiciona la del conjunto del año.
El déficit del Estado es consecuencia de unos ingresos (recursos no financieros) de 49.528 millones, el 12 por ciento más que un año antes, y de unos gastos (empleos no financieros) de 89.529 millones, el 2 por ciento más.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, señala que la reducción del déficit estatal conseguida en la primera mitad del año "aporta fortaleza" al cambio de tendencia de la economía, que se encuentra al final de la recesión.
En su opinión, el saneamiento de las cuentas públicas está contribuyendo a ese cambio, que cree que también se constata en el hecho de que esté aumentando la recaudación tributaria, señal de recuperación.
Hasta junio los ingresos del Estado han crecido en buena medida por la mejora de la recaudación de impuestos, sobre todo el IVA, aunque esa mejoría se ha visto contrarrestada por el aumento del gasto provocado por los intereses de la deuda pública.
El gasto en intereses ha ascendido a 13.984 millones de euros, un 14,4 por ciento más que en el mismo periodo de 2012.
Sin tener en cuenta dicha carga financiera, se ha obtenido un déficit primario de 26.017 millones de euros, inferior en un 17 por ciento al del año anterior.
La mayoría de los recursos no financieros, 43.214 millones, se corresponden con los ingresos fiscales, impuestos y cotizaciones, lo que supone el 4,8 por ciento más que en junio de 2012.
Los ingresos por impuestos han aumentado el 4,7 por ciento, hasta 37.294 millones, en tanto que los provenientes de cotizaciones han crecido el 5,5 por ciento, hasta 5.920 millones.
El IVA, con 12.248 millones, ha aumentado el 16,9 por ciento por la subida de tipos, en tanto que los demás impuestos sobre la producción y las exportaciones han crecido el 14,9 por ciento, hasta 4.820, debido a los recursos procedentes de la fiscalidad medioambiental, el impuesto sobre el carbón y el impuesto especial sobre hidrocarburos.