El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi fue condenado ayer en firme a 4 años de prisión por fraude fiscal por el Tribunal Supremo, que, sin embargo, aplazó su inhabilitación para el ejercicio de cargo público a la espera de que la Corte de Apelación de Milán calcule de nuevo el plazo.
Tras una maratoniana sesión de deliberación, del Supremo rechazó el recurso de la defensa de Berlusconi por el caso Mediaset, aunque dieron un respiro a su futuro más inmediato en la política, pues habrá que esperar a que otro tribunal establezca por cuánto tiempo deberá estar fuera de las instituciones.
La pauta para la sentencia dictada hoy la marcó en la primera audiencia del juicio el fiscal general del Supremo, Antonio Mura, quien pidió la confirmación de la condena, que llegó en primera y segunda instancia, respectivamente, en octubre de 2012 y mayo pasados, aunque con la revisión de la pena de inhabilitación.
Mura advirtió de que el máximo periodo de inhabilitación que recoge la ley italiana por este tipo de delitos es de 3 años y de que en su sentencia, el Tribunal de Apelación de Milán, no explicaba por qué amplió el plazo a los 5 años.
Por lo tanto, el Supremo acepta así la petición planteada por la Fiscalía, aunque no del todo, pues Mura instó a los jueces a que fueran ellos mismos quienes calcularan de nuevo la inhabilitación de acuerdo con la ley (de 1 a 3 años), algo que el alto tribunal considera que no entra en sus competencias.
Sea como fuere, el ex primer ministro y actual senador y para quien sus abogados pidieron la absolución plena, verá reducida su pena de cárcel de cuatro a un año, de acuerdo con la ley de indultos de 2006, y puede cumplir esta condena en arresto domiciliario o bajo tutela de los servicios sociales, puesto que supera los 70 años de edad.
Berlusconi expresó ayer su intención de no renunciar a la política y la esperanza de que la condena haga que los ciudadanos abran sus ojos sobre el "sometimiento" que ejerce parte de los jueces sobre Italia.