El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha destacado que Cáritas «está resolviendo los problemas» de decenas de miles de cordobeses, hasta el punto de que «actualmente la Diócesis de Córdoba da alimentos a 150.000 personas», a las que, por tanto, presta «atención de primerísima necesidad», aunque lo más grave es que la cifra de cordobeses que precisan de la asistencia de Cáritas para cubrir sus necesidades más básicas «no ha bajado desde el inicio de la crisis, al contrario, ha subido», según ha lamentado.
En una entrevista concedida a Europa Press, Demetrio Fernández ha aclarado que en un principio «eran los inmigrantes» quienes más precisaban de la ayuda de la citada organización caritativa de la Iglesia Católica, pero muchos han vuelto a sus países de origen.
«Luego fueron los nativos pobres» a los que más atendía Cáritas, mientras que ahora «son personas normales, que se han quedado sin trabajo, aquellas que nunca habían pensado que necesitarían de Cáritas», las que acuden a la misma en busca de comida o ayuda económica para pagar la hipoteca, el alquiler o la factura de la luz, porque, sencillamente, no encuentran un empleo, ni cuentan con recursos para hacer frente a esos gastos, y ahora «en la propia ciudad de Córdoba», según ha precisado el obispo, «ya no hace falta cruzar el puente para encontrar a personas en esta situación, con eso está dicho todo».
Otro dato que refleja esa tendencia negativa lo aporta el Economato Social puesto en marcha por Cáritas, precisamente hace ahora un año, y que «ya está desbordado», según ha asegurado el obispo, pues «se hizo para atender a entre 100 y 200 familias y va por 500 o 600», lo que demuestra «que es un instrumento válido y que hace el bien», pues allí acuden, derivadas por las parroquias, aquellas personas que tienen dificultades económicas, para que puedan «comprar, con dignidad, la comida y útiles para la casa que necesiten, pero a un precio muy reducido», aunque por un periodo limitado de seis meses.