La Casa Blanca indicó ayer que confía en «el potencial» de las conversaciones que se desarrollan entre republicanos y demócratas en el Senado con el fin de reabrir la Administración y evitar la suspensión de pagos mañana jueves.
El portavoz presidencial, Jay Carney, reconoció que el tiempo es esencial porque solo falta ya un día para la fecha marcada por el Departamento del Tesoro a partir de la cual el Gobierno carecerá de autoridad para emitir nueva deuda y sólo podrá utilizar lo que tenga en caja o provenga de los impuestos.
«Creemos que hay un potencial ahí para lograr una resolución que termine con esta crisis fabricada e innecesaria», insistió el portavoz en rueda de prensa, en referencia a las negociaciones entre los líderes de la Cámara alta.
«El presidente está satisfecho con el progreso que hemos visto en el Senado. Es importante tener en cuenta que el proceso que se ha realizado en el Senado es de ambos partidos» y que «los senadores (Harry) Reid y (Mitch) McConnell han estado llevando a cabo», subrayó el portavoz.Carney rehusó detallar en qué punto se encuentran las conversaciones entre Reid, demócrata por Nevada, y McConnell, republicano por Kentucky.
Expresó su deseo de que los republicanos de la Cámara de Representantes comprendan «la gravedad» del asunto y permitan avanzar hacia una solución a tiempo, después de que ayerintentaran consensuar su propio proyecto, aunque por ahora fracasaron.
El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, dijo a los periodistas tras una larga reunión con miembros de su grupo parlamentario que no habían llegado aún a un acuerdo para impulsar un plan cuyos detalles trascendieron poco antes y que fue rechazado de inmediato por la Casa Blanca.
«No hemos tomado ninguna decisión sobre qué haremos exactamente», afirmó Boehner, quien se comprometió no obstante a «trabajar» con los representantes de ambos partidos políticos para «intentar encontrar una forma de avanzar hoy».
El político republicano recibió ayer por la tarde a la líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi, y a otra media docena de legisladores demócratas en la Casa Blanca con el objetivo de que, en el caso de que la propuesta de los senadores llegue a la Cámara Baja, su grupo la apoye por unanimidad.