La Casa Blanca ha dicho que se toma «muy en serio» las «preocupaciones» surgidas en algunos países aliados por las revelaciones sobre el supuesto espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y, sin entrar a valorar casos concretos, ha subrayado que el Gobierno resolverá todas las dudas por la «vía diplomática». Esto ha sido después de saberse que la NSA espió 46 millones de llamadas en Italia en menos de un mes.
El portavoz de la Presidencia norteamericana, Jay Carney, volvió a defender ayer lunes en rueda de prensa los programas de vigilancia de las agencias norteamericanas porque, según dijo, «salvan vidas» y permite «proteger a Estados Unidos y sus aliados». Asimismo, insistió en que son «legales».
Pese a las insistentes preguntas de los periodistas sobre el alcance, la conveniencia y las repercusiones de los programas de vigilancia de la NSA, en particular en relación al supuesto espionaje a líderes extranjeros, Carney se limitó a apuntar que no comentaría «casos específicos».
Sin embargo, admitió que Washington debe encontrar un «equilibrio» entre la seguridad y el derecho a la privacidad. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha ordenado una «revisión» de estos programas que estará concluida a finales de año, según Carney, que ha adelantado que se hará pública «tanta información como sea posible» en aras de la «transparencia».
El portavoz presidencial ha asegurado que Washington se toma «muy en serio» las «preocupaciones» de otros países en relación a las informaciones aparecidas en prensa en los últimos días y ha abogado por mantener abierto el diálogo para aclarar cualquier duda.
En este sentido, ha recordado que Obama ya habló la semana pasada con la canciller alemana, Angela Merkel, tras la publicación sobre el supuesto pinchazo de su teléfono. Carney ha subrayado la necesidad de resolver todas las controversias por la «vía diplomática».
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense espió más de 46 millones de llamadas telefónicas en Italia en menos de un mes entre finales de 2012 y principios de 2013, según informaron ayer los medios locales, que citan un documento publicado por la web 'Cryptome', considerada precursora de Wikileaks.
Según este documento, la NSA espió un total 124.800 millones de llamadas en todo el mundo, incluido Estados Unidos, entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero de 2013, 46 millones de ellas en Italia.
En concreto, la agencia estadounidense almacenó los 'metadatos' de dichas llamadas, es decir, el número de teléfono del receptor, la identidad del emisor y el recentor y la duración de la llamada.
De acuerdo con los medios locales, los servicios de Inteligencia italianos «no tienen pruebas» de este espionaje y han invitado a valorar con cautela la información, distinguiendo entre lo que es observación y el espionaje propiamente dicho.
La semana pasada el semanario 'L'Espresso' había informado de que el Gobierno italiano había sido objeto de espionaje por parte de Estados Unidos pero también de Reino Unido en base a los documentos del excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden.
«La NSA realiza muchas actividades de espionaje, también a los gobiernos europeos, incluso el italiano», indicó a la publicación Gleen Greenwald, el periodista que custodia los documentos de Snowden y que sacó a la luz el espionaje masivo por parte de Estados Unidos.
El primer ministro italiano, Enrico Letta, ya había pedido explicaciones sobre el presunto espionaje antes de conocer estas informaciones al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, durante el encuentro que ambos mantuvieron el miércoles en Roma.