El secretario de Formación del PSOE, Rafael Simancas, acusó ayer al «ministro Cristóbal McCarthy, antes Cristóbal Montoro», de buscar la «pureza de sangre» en la Agencia Tributaria (AEAT) y de no querer allí «ningún carné distinto al del PP, porque no quiere testigos incómodos para sus manejos y manipulaciones».
Simancas aseguró, en una rueda de prensa en Ferraz, que el titular de Hacienda y Administraciones Pública, Cristóbal Montoro, confirmó anteayer lo que «todos» sospechaban, que es que los relevos y ceses que se están sucediendo en la AEAT «no obedecen a razones técnicas, sino de purga política».
El dirigente del PSOE se refería a las palabras de Montoro en una conversación informal durante la recepción en el Congreso del Día de la Constitución, donde explicó que el relevo que se ha producido en el equipo directivo de la AEAT le ha servido para saber que la cúpula de la Unidad de Grandes Contribuyentes estaba llena de socialistas. Tras considerar «muy grave» lo que está ocurriendo en ese organismo, Rafael Simancas reiteró que si las explicaciones que habrá de dar el «ministro McCarthy» en el Congreso la próxima semana no les convencen, los socialistas se plantearán pedir que se constituya una Comisión de Investigación. «Queremos averiguar la verdad y queremos responsabilidades políticas», advirtió.
A su juicio, el ministro se está «cargando la credibilidad y la confianza» de los ciudadanos en el sistema tributario español, ya que la «independencia y neutralidad política de la AEAT resulta «crucial» para el crédito del sistema fiscal.
«¿Con qué credibilidad va a reclamar el Gobierno de España a los ciudadanos y las empresas que paguen sus impuestos y que no defrauden, si estos comprueban que los inspectores se quedan o se van, que los expedientes se abren o se cierran y que la multas se ponen y se quitan en función de las afinidades ideológicas», planteó Simancas.
Para el PSOE, la historia reciente de la AEAT es un «despropósito» que supone un «retroceso democrático de magnitudes relevantes».
A este respecto, el dirigente socialista señaló que «primero fue la amnistía fiscal a los amigos ricos del PP, después fue la desgravación para las donaciones anónimas a los partidos políticos, después las multas que se ponen y se perdonan a las multinacionales y luego, cuando los funcionarios se quejan, la purga política».
También ha argumentado que el Gobierno de Mariano Rajoy, que «primero fue a por los derechos fundamentales», ahora «va a por los derechos políticos y las libertades civiles de los españoles».